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Terrorismo

La Ertzaintza atribuye a Mikel Carrera el asesinato de dos ertzainas en 2001

  • Este importante avance en la investigación ha sido posible gracias a la preservación de las pruebas de la escena del crimen por parte de la Ertzaintza hace más de 20 años

Mikel  Carrera

Mikel Carrera / EP

La Ertzaintza ha atribuido al ex jefe militar de ETA Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe, que cumple condena en Francia, la autoría del asesinato de los ertzainas Francisco Javier Mijangos y Ana Isabel Arostegi el 23 de noviembre de 2001 en Beasain (Guipúzcoa).

La Policía vasca ha comunicado al Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional los avances en la investigación del atentado de ETA en el que fueron asesinados estos dos jóvenes agentes que se encontraban regulando el tráfico cuando fueron tiroteados.

Los últimos avances científicos en materia de genética forense han permitido, este mes de junio, atribuir a Carrera la autoría del atentado, ha informado este domingo el Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco.

Este importante avance en la investigación ha sido posible gracias a la preservación de las pruebas de la escena del crimen por parte de la Ertzaintza hace más de 20 años y responde al objetivo "prioritario" de revisión, periódica y permanente, de todos los atentados de ETA sin esclarecer con el objetivo de atribuirlos y poner a sus autores a disposición judicial, ha explicado en una nota.

La Ertzaintza maneja la hipótesis de que en el atentado pudieron participar más personas y, por ello, la investigación continúa abierta hasta el total esclarecimiento de este atentado y la puesta a disposición judicial de todas las personas que participaron en el asesinato de los dos agentes.

Seguridad ha recordado que dos días después del atentado, el 25 de noviembre de 2001, la Ertzaintza localizó, también en Beasain, el vehículo robado que presuntamente Carrera Sarobe empleó para cometer el atentado.

Un equipo de su Unidad de Desactivación de Explosivos consiguió neutralizar el artefacto explosivo eléctrico con temporizador colocado para volar el turismo tras la huida y destruir así las pruebas que facilitaran su identificación.

De la inspección ocular en el vehículo, la Ertzaintza obtuvo numerosas evidencias, entre ellas rastros de huellas y evidencias genéticas, que han sido cotejadas periódicamente con la base de datos policiales.

Paralelamente, durante estos años la Policía vasca, con autorización judicial, ha recabado en numerosas cárceles perfiles genéticos de integrantes de ETA que se encontraban en activo durante el periodo en el que se cometió este atentado.

Gracias a los avances en materia de genética forense, el pasado 9 de junio, las evidencias anónimas correctamente preservadas durante esta investigación dieron resultado positivo y permitieron determinar la autoría de, al menos una persona, en este atentado.

Concretamente uno de los perfiles genéticos anónimos obtenidos en el envoltorio de un caramelo situado en el vehículo empleado para huir coincidía con el perfil genético de Carrera.

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