Elecciones

Íñigo Errejón, de la marejada a la inundación

El líder de Más País, Iñigo Errejón, durante el mitin de cierre de la campaña celebrado el viernes en Madrid.

El líder de Más País, Iñigo Errejón, durante el mitin de cierre de la campaña celebrado el viernes en Madrid. / Kiko Huesca / Efe

Si el surgimiento de Podemos se produjo al abrigo de la profunda mar gruesa económica y financiera, la irrupción de Más País ha llegado con la marejada sobrevenida en la formación de Pablo Iglesias, cuyo férreo liderazgo no sólo ha renegado de los fundamentos asamblearios del partido sino que ha terminado laminando a su equipo fundacional.      

A nadie ha extrañado que Íñigo Errejón (Madrid, 1983) se haya desviado de la verdad absoluta impuesta por su antiguo correligionario y haya pasado a encabezar Más País, convirtiéndose en el candidato más joven a la Presidencia del Gobierno de los que concurren a las elecciones de este domingo 10-N.   

Doctor en Ciencias Políticas y de la Administración por la madrileña Universidad Complutense, Errejón se ha postulado como el candidato posibilista de la izquierda. No hay líneas rojas ni determinismos en los principios programáticos de Errejón y de la nómina de compañeros de quienes se ha rodeado en las circunscripciones en las que la joven formación se ha presentado.

En verano Podemos se abrió en canal. La frustrada investidura de Pedro Sánchez provocó en el seno del partido populista una ola de descontento. No daban crédito a que fuera una mayor cuota de poder y de sillones los elementos que impidieran el retorno de un Gobierno de izquierda electo desde 2011. Fue la gota que colmó un océano de descontentos precedentes. Y el errejonismo, corriente crítica del grupo de Iglesias, se desgajó de modo natural.

Entiéndase errejonismo como la facción de Podemos menos reacia a la simbología de las instituciones y con más tendencia a transaccionar. Es la forma en que se presenta y son las formas de sus candidatas en Andalucía: Esperanza Gómez, Carmen Lizárraga o Ana Terrón, antiguas compañeras de la anticapitalista Teresa Rodríguez.

Sin renegar de los planteamientos populistas de su matriz, con la que comparte faros como Laclau y Gramsci, Más País se ofrece como la salvación al bloqueo en que está inmersa la formación de Gobierno en España, como un Podemos con cara amable y dialogante. Como la muleta del PSOE que pueda servir para tumbar el dique, pasando de las antiguas marejadas a una feliz inundación del progresismo. 

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