Crónica personal

La campaña arranca con mal pie

  • Difícil poner nombre al campeón de barbaridades dialécticas; Josep Borrell es de momento el cargo más relevante que ha cometido un mayor error de bulto

Adolfo Suárez Illana, candidato del PP al Congreso por Madrid durante la presentación de las listas del PP en Madrid, en un acto que tuvo lugar el jueves junto a la Puerta de Alcalá.

Adolfo Suárez Illana, candidato del PP al Congreso por Madrid durante la presentación de las listas del PP en Madrid, en un acto que tuvo lugar el jueves junto a la Puerta de Alcalá. / Javier Lizón (EFE)

Las campañas electorales -porque estamos en campaña, no precampaña han tenido un inicio más accidentado, más plagado de despropósitos, de sonoras y graves meteduras de pata.

Es difícil poner nombre al ganador de barbaridades, como lo es predecir quién ganará la batalla de los votos. De momento, es Josep Borrell el personaje con cargo más relevante que ha cometido un error de bulto.

No es candidato el 28 de abril, pero sí el 26 de mayo, en las que encabezará la lista del PSOE al Parlamento Europeo con el objetivo de convertirse en comisario si Pedro Sánchez continúa al frente del Gobierno.

El ministro de Exteriores ha acaparado las primeras páginas y las aperturas de los informativos al abandonar una entrevista en la televisión pública alemana después de discutir de forma desabrida con uno de los periodistas más conocidos del país.

Para tranquilidad del ministro, cuando ocupaba el puesto de honor de las torpezas cometidas, pronto fue desplazado por Adolfo Suárez Illana. Presentado como el gran fichaje del PP, número dos por Madrid, arremetió en una entrevista con Carlos Alsina contra el aborto con dos ejemplos que provocaron auténtica estupefacción: los neandertales cortaban la cabeza al hijo no querido inmediatamente después de nacer, y Nueva York acababa de aprobar una ley que permitía el aborto después del nacimiento.

Por cierto, tendría que haber adivinado que ese dato era falso de toda falsedad, porque si el niño había nacido, era un asesinato puro y duro.

Todo era falso, neandertales y Nueva York, como reconoció el propio Suárez Illana más tarde, con una sonrisa en la boca que fue tan poco electoralista como las palabras que había pronunciado con anterioridad y que finalizó con un “Punto. Se acabó la polémica”. No ha terminado y en el PP no dan crédito. El hijo de Adolfo Suárez no es consciente de la gravedad de lo que ha hecho, pero el equipo de Pablo Casado sí.

Saben que cada vez que cada vez que aparezca en público va a sufrir algún tipo de comentarios hiriente por sus desafortunadas palabras, y es muy probable que sean lanzados a la cara a otros candidatos de su partido.

El roto que hizo iceta

Miquel Iceta, en el plano político y no moral como es el caso de Suárez Illana, también ha colocado en una situación delicada al PSOE al decir que “la democracia debería buscar una solución si el 65% de los catalanes estuviesen a favor de la independencia”. Los responsables de la campaña socialista habían advertido que Cataluña era palabra prohibida, no convenía ese debate. Ni siquiera se incluyó en las 110 propuestas que presentó Sánchez.

Iceta dio munición a la oposición, que atacó al presidente del Gobierno por si tenía decidido abordar con los independentistas las cuestiones que planteaba el líder del PSC para garantizarse su apoyo para mantenerse en La Moncloa. Iceta intentó rectificar con una supuesta “aclaración” explicando que se refería a una solución legal, pero incluso el ministro de Fomento y número dos del PSOE, José Luis Ábalos, consideró “inconvenientes” las palabras.

Ábalos tampoco inició con buen pie la campaña cuando días atrás dijo que el PSOEpodía pactar el futuro Gobierno con Ciudadanos o con Podemos, desmentido por Sánchez, que vio inmediatamente que esa idea podría provocar la pérdida de voto de izquierda, que no quiere un pacto con Rivera. La única posibilidad que tiene el secretario general del PSOE de seguir siendo presidente es captar votos de Podemos... que podrían no abandonar el partido de Iglesias si pensaran que Sánchez acaricia la idea de gobernar con Rivera.

Iglesias no aprovechó la importante tribuna que le ofrecía Pablo Motos en El Hormiguero. En la entrevista se habló mucho de paternidad, y el dirigente de Podemos puso el acento en que “después de tres meses limpiando culos y pañales, estoy más preparado para gobernar”. Como gracia está bien, pero se echaron de menos unas reflexiones más profundas sobre cómo le afecta la paternidad y qué habían significado estos meses de dedicación exclusiva a sus hijos.

Incluso en las redes sociales, que se han convertido en los elementos esenciales de las campañas y son una máquina de ganar o destruir votos, hubo críticas incisivas al candidato de Podemos. Hasta ahora la formación morada era la que mejor instrumentalizaba a su favor las redes sociales, pero ha perdido el liderazgo porque Vox ha irrumpido como un tsunami en ese mundo, arremetiendo contra sus adversarios con una fuerza que destroza todo a su paso.

La autodestrucción

Es la forma de neutralizar las muchas noticias negativas que le afectan, casi todas ellas relacionadas con la biografía ultra, pendenciera e incluso delictiva de varios de sus candidatos, que se suma a la polémica por la propuesta de promover que puedan adquirir armas las personas que se sientan amenazadas, no tengan antecedentes penales ni problemas psíquicos.

Desde que hicieron pública esa idea, los adversarios de Vox han hurgado en la trayectoria de algunos candidatos, apareciendo dos personas condenadas a prisión por estafa, otra que formó parte de un grupo de jóvenes que presuntamente agredió unos autobuses con más de 200 niños vascos de excursión en Madrid y un antiguo skin head condenado a cuatro años de prisión por agresión.

A estas inconvenientes declaraciones y propuestas de candidatos irresponsables que no miden las consecuencias de sus palabras en unos días en los que se juegan el futuro de España y quién va a ser el presidente del en la próxima legislatura, el cruce de vídeos del PP con los que intenta ridiculizar a Vox ha tenido un efecto boomerang para el partido de Casado.

Los vídeos no están realizados con una mínima estrategia política, hasta el punto de que es el PP el que queda malparado por mostrarse incapaz de utilizar con inteligencia unoo contra el adversario. Además, Casado no tiene más posibilidad de formar Gobierno si no es con la colaboración de Cs y de Vox, y su pelea para descalificar al partido de Abascal como opción sólo tiene un beneficiario, Sánchez.

Debe estar distrutando del espectáculo de ver cómo se destrozan mutuamente sus rivales. Tanto, que las graves declaraciones de Iceta han pasado a segundo plano.Se nota que estos partidos presentan candidatos de escasa trayectoria: se meten en todos los charcos, y si no los hay, los crean.

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