Ganadería

Los ganaderos almerienses las pasan “canutas” por los costes

  • Al incremento del precio del pienso, se le suma la sequía y la falta de efectividad de los seguros

La explotación ganadera de José, en Topares.

La explotación ganadera de José, en Topares.

Como todo el sector primario, la ganadería está sufriendo ante el incremento de los precios del pienso y del cereal. Pero no es sólo esta subida la que lleva a la asfixia a los ganaderos de la provincia, concentrados principalmente en la zona de los Vélez, Campo de Dalías y Bajo Almanzora, sino que “la tormenta perfecta” se ha desatado por culpa de la sequía y de la poca efectividad de los seguros, que no cumplen con su función.

Así lo denuncia José Serrano, ganadero en la zona de Topares, que explica claramente cómo se les han concentrado todos los problemas en los últimos tiempos a los ganaderos de la provincia. “Las estamos pasando canutas, incluso pensando en quitarnos la explotación. Esta campaña pasado tuvimos que dar pienso a las ovejas durante diez meses, con una subida del 40 ó 50% del pienso. Es cierto que estamos vendiendo los corderos un 2% más caros, pero no nos da, llevamos mucho tiempo a pérdidas y no sé cuánto podemos aguantar”, asegura.

Todas las derivadas de la invasión de Ucrania han incrementado los problemas, pero también se han encontrado con una sequía que les ha impedido recolectar suficiente grano como para poder alimentar sus cabezas de ganado. Ante esto, los ganaderos pagan un seguro de sequía animal, cuyas coberturas deben de ayudar a sufragar gastos. Pero como José explica, ni están ni se las espera.

“La administración sí puede decirle a Agroseguros que paguen cuando haya pérdidas. El año pasado pensábamos que nos iban a pagar algo y no han pagado nada. Los seguros son muy caros y nada efectivos, yo pago 55 euros por cada uno de mis animales de seguro de sequía animal. No digo que me paguen la totalidad del pienso, pero sí un tanto por ciento. A través de Asaja nos hemos quejado, pero esto no funciona. Nos dicen que sí, pero luego no llega la liquidez. Y cuando termina un camión de cereales, hay que traer otro”, dice preocupado, puesto que también es agricultor y ante la escasez de agua no ha podido producir lo suficiente como para alimentar a su ganado.

Ante esto, José mira al futuro con evidente preocupación. Su situación ocurre en Topares, pero se repite en los diferentes puntos de la provincia donde hay ganadería extensiva. Actualmente, en Almería hay unas doce mil cabezas de ganado ovino y caprino, pero si la situación no mejora pronto, el número de cabezas de ganado va a bajar ostensiblemente.

“La gente con la que hablo me dice que está muy cansada, que no aguanta más. Si esta entrevista la hacemos dentro de tres años, el 50% de los ganaderos creo que se habrá ido. Estamos a pérdidas, los ganaderos están semijubilados, no se animan los jóvenes, la ganadería extensiva no puede acudir al monte, la sequía, los sobrecostes... La tormenta perfecta se ha juntado y nos está destrozando”, finaliza este ganadero de la zona de los Vélez, que aún confía en poder darle la vuelta a la situación.

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