Agricultura

David Miravete: “Lo principal es que te guste, si es así, siempre serás feliz”

  • David Miravete siempre ha sentido amor por el campo, y con tan solo 23 años empezó a trabajar junto a su padre en una granja y en un cultivo de almendros

David Miravete en la finca de almendros.

David Miravete en la finca de almendros.

Levantarse por la mañana con los primeros rayos del sol, ir al bar a desayunar y tomar café con los amigos y mientras mantener conversaciones sobre lo que depara el día, pagar lo debido y tomar rumbo hacia su explotación de porcino en el paraje de Los Alamicos forman parte de la cotidianidad de David Miravete, un joven ganadero y agricultor de 31 años de Vélez- Rubio. A pesar de lo poco extraordinarias que pueden parecer las mañanas de este ganadero, es una forma de vida que cada vez se ve menos, sobre todo entre los jóvenes como él.

David Miravete es propietario de una explotación ganadera de porcino intensiva, pero también posee varias hectáreas de almendros, dos fuentes de ingresos que según él se complementan a la perfección, y que no hace tanto tiempo eran indispensables para la supervivencia de una familia, pero que en los últimos años han ido desapareciendo de forma progresiva.

“Lo principal es que te guste el campo, si te dedicas a la ganadería o a la agricultura por obligación, jamás vas a ser feliz”, explica el joven, quien ha profesado un gran amor por estas dos profesiones desde bien pequeño. Y no es para menos, ya que tanto su abuelo como su padre, han sido ganaderos, y este último todavía lo es, por lo que David Miravete lo lleva prácticamente en la sangre. “Llevo ‘trabajando’ en el campo desde siempre, de pequeño y de adolescente le ayudaba a mi padre quien fue realmente quien empezó a ampliar el patrimonio que tenía mi abuelo y montó la granja que años después yo ampliaría”, narra el joven.

No obstante, el agricultor no siempre se había dedicado al campo. Cuenta que cursó un Grado Superior, y que estuvo a punto de acabarlo, pero sus inquietudes se lo impidieron: “yo podría haber desarrollado mis estudios, pero no me veía en una oficina, necesitaba movimiento y ese movimiento me lo daba el campo”.

“Llevo ‘trabajando’ en el campo desde siempre, de pequeño y de adolescente le ayudaba a mi padre", David Miravete

Por eso en 2015, con tan solo 23 años se unió a su padre, trabajando tanto en la granja como en los almendros, y desde entonces no ha parado de crecer. Tanto es, que en los último ocho años ha conseguido ampliar la explotación de porcino en dos granjas más y establecer su propia filosofía de trabajo en el campo: “no es que no acepte consejos, pero prefiero aprender a través de la experiencia. No me vale cuando alguien me dice que una variedad de almendro es mejor que otra o es mejor regar un día que otro, las pruebas se hacen en el campo y es así como me gusta aprender a mí”.

Aunque la vida de David Miravete parezca un sin parar, él no la describe así. Como es obvio, cada profesión tiene sus momentos de estrés, mayor carga de trabajo y demás problemas relacionados con su desempeño. “Está claro que hay épocas en las que hay mas trabajo y hay que echarle más horas e incluso sacrificar algún fin de semana. Pero por ejemplo, en el caso de la almendra, hay que recogerla cuando toca. No puedes dejarlo y volver en diez días porque a lo mejor la almendra ya se ha caído y se ha podrido. Y con los cerdos sucede algo parecido. A la granja hay que ir todos los días, ver si están bien, si por casualidad se ha estropeado algún mecanismo y no han comido o no tienen agua”. Sin embargo, según él mismo cuenta, las épocas donde hay menos trabajo puede ofrecer incluso mayor flexibilidad de horarios que cualquier otro trabajo. Para el joven ganadero todo es cuestión de organizarse: “hay días en los que hay menos trabajo, y cuando arreglo a mis cerdos y le doy una vuelta a la finca puedo disfrutar de mi tiempo de ocio con total tranquilidad”, cuenta.

“Hay días en los que hay menos trabajo, y cuando arreglo a mis cerdos y le doy una vuelta a la finca puedo disfrutar de mi tiempo de ocio con total tranquilidad”, David Miravete

Pero pese a la tranquilidad y flexibilidad que ofrece la agricultura y la ganadería, y que describe David Miravete, al igual que otros miembros del sector siente una fuerte preocupación por el relevo generacional. “Las personas no quieren trabajar en el campo, la agricultura no es la primera opción laboral para muchos, y cada vez es más difícil encontrar gente competente para este trabajo”, se lamenta. No obstante, no pierde el optimismo y reconoce que gracias a las ayudas, muchos jóvenes se están incorporando a este sector. Además, como buen conocedor de todas las labores agrarias y ganaderas, se anima a enseñarles a todos aquellos que quieran aprender la profesión, porque en eso está el futuro del sector que da de comer a toda la sociedad.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios