Gente Inteligente

Cómo hace la gente inteligente que las cosas sucedan

  • Sean o no más o menos creyentes o espirituales, detrás de las personas que consiguen lo que se proponen hay ciertas similitudes de conductas que conviene tener en cuenta

Cómo hace la gente inteligente que las cosas sucedan

La ley de la atracción es esa por la que dicen que atraemos lo que proyectamos, ¿emite usted onda negativa o positiva? Además, las palabras crean realidades, ¿cómo se habla usted y cómo habla a la demás personas? Y es cada vez más evidente el poder de los pensamientos para determinar el estado de ánimo y cambiar el resultado de las conductas, ¿le presta usted atención a los suyos? No podemos olvidar tampoco la influencia de la forma en la que se formulan las metas para mantener la motivación y conseguirlas, ¿sabe usted qué quiere?

Podría seguir un buen rato enumerando referencias sobre los factores que influyen en los resultados que obtenemos en la vida. Y en cómo la vivimos. Y si bien hay algunos factores más científicos que otros, ninguno de ellos implica magia y sí bastante inteligencia emocional.

Así que, hoy me propongo recopilar algunas conductas propias de las personas extraordinarias, esas que parecen tener habilidades pseudomágicas pero que son mortales como usted y como yo que han decidido arremangarse y ser gente inteligente.

Lo que tienen en común las personas extraordinarias

Hacía tiempo que no le recomendaba lectura. Aquí tiene una. Es todo un manual de la psicología positiva creado por Christopher Peterson y Martin Seligman en 2004: Character strengths and virtues, o dicho en nuestro idioma, Fortalezas de carácter y virtudes. Sí, ya sé que el título no es muy comercial, pero se trata de un interesante ejercicio científico para identificar los rasgos positivos del ser humano que distinguen a las personas extraordinarias.

Estos autores dedicaron varios años a analizar a personas influyentes en la historia de la humanidad y a encontrar denominadores comunes. Luther King, el Papa Juan Pablo VI, el Dalai Lama, Benjamin Franklin, Einstein o Gandhi son algunas de ellas. Las coincidencias fueron filtradas para destilar seis poderosas virtudes y más de veinte fortalezas que las alimentan. Así definieron este listado de cualidades virtuosas: la sabiduría, a la que nos llevan fortalezas como la creatividad, la curiosidad, el amor por aprender y la perspectiva; el coraje, conformado por fortalezas como la valentía, la persistencia o la vitalidad; la humanidad, una virtud alimentada por las fortalezas del amor, la amabilidad y la inteligencia social; la justicia, virtud que se fomenta con la participación ciudadana, el trabajo en equipo, la lealtad y el liderazgo; la templanza, hacia la que nos orientan fortalezas como el perdón, la humildad, la prudencia y la autorregulación; y por último -y en mi opinión la más interesante-, la virtud de la trascendencia, a la que nos llevan la apreciación de la belleza, la gratitud, la esperanza, el humor y el sentido de propósito o la coherencia.

La habilidad de las personas inteligentes para que las cosas pasen, se basa en un trabajo constante. La habilidad de las personas inteligentes para que las cosas pasen, se basa en un trabajo constante.

La habilidad de las personas inteligentes para que las cosas pasen, se basa en un trabajo constante.

Le propongo que empiece por releer el párrafo anterior centrándose en las fortalezas. ¿Cómo está usted en cada una de ellas? No se estrese, pero considérelo un primer paso en el camino.

Hábitos de la gente que atrae lo bueno a su vida

Siga ahora respondiendo a las preguntas que leía al comienzo de este artículo. ¿Qué eco deja usted en su entorno?, ¿es positivo, negativo o neutro? ¿Cómo es su diálogo interno?, ¿son pensamientos potenciadores o castigadores? Y la pregunta del millón: ¿sabe usted qué quiere? Pues añado una pregunta más: ¿qué está haciendo para conseguir eso que quiere?

Si todo esto lo contesta usted por escrito, será un ejercicio muy revelador en el que, seguro, se hará menos trampas. Y así, desde el autoconocimiento que le proponen sus respuestas, puede sacar interesantes conclusiones como, por ejemplo, evitar los pensamientos negativos que sólo le restan energía, fomentar a su alrededor un ambiente emocional positivo o marcarse objetivos claros. Porque focalizarse es la mejor forma de mantenerse motivado o motivada hacia sus metas.

Y entonces, ahora sí, pruebe a llevar a hábito las siguientes conductas inspiradas en las fortalezas destiladas por Peterson y Seligman. Merece la pena probar.

La inteligencia emocional es clave a la hora de aplicar el esfuerzo a que las cosas pasen. La inteligencia emocional es clave a la hora de aplicar el esfuerzo a que las cosas pasen.

La inteligencia emocional es clave a la hora de aplicar el esfuerzo a que las cosas pasen.

Las personas extraordinarias siempre están para echar una mano. Son humildes y se comparten con generosidad. La ley de la atracción posiblemente hará el resto en este fluir del dar-recibir en el que se desarrolla la existencia. Compártase usted.

Además, las personas extraordinarias, esas a las que los días parece cundirles mucho más, gestionan muy bien sus prioridades. Así que, con sus objetivos y sus obligaciones en mente, acostúmbrese a identificar, valorar y priorizar todas sus tareas. Defina una estrategia y consiga que le cunda su tiempo.

Las personas extraordinarias tienen energía. Tener su meta muy presente siempre, quizás haciéndola visible en su fondo de pantalla o en un post-it en el espejo del baño, le va a ayudar a mantener la motivación y a ver oportunidades que se le escaparían si sólo se acordara de sus metas cada 31 de diciembre.

Las personas extraordinarias son hábiles en la escucha, pero no se dejan llevar por los comentarios que no les hacen crecer. No se enganchan en las críticas negativas que no son constructivas, ni se autocastigan. Ejercite usted su habilidad para escuchar todo y a todas las personas con ánimo de aprender y considerar otras opciones, pero no pierda la perspectiva de lo que le aporta y lo que no, y persista en sus metas.

Porque la gente extraordinaria es capaz de cambiar de estrategia cuando algo no funciona, y mantiene la energía para seguir haciendo cosas diferentes que le acerca a lo que quieren conseguir. Demasiado análisis es igual a parálisis. Hay un punto de osadía en el autoliderazgo de nuestras vidas que necesitamos saber manejar para, en algún momento, dejar de analizar, soñar o imaginar, y empezar a hacer.

Las personas extraordinarias se quieren a sí mismas, y se cuidan. Duerma bien, haga algo de ejercicio y no se olvide de dedicarse momentos para recargar las pilas.

Y, sobre todo, lo que suele caracterizar a la gente extraordinaria es ser humilde y agradecida. No se acueste nunca sin pensar en lo que ha pasado ese día que merece su agradecimiento, y hágaselo saber a la gente que le rodea.

Ya le avisé. No hay magia y sí mucha inteligencia emocional. Y trabajo diario. Porque la gente extraordinaria no llega a serlo sin esfuerzo. La ley de la atracción, el pensamiento positivo y la energía del universo harán el resto.

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