INVESTIGAR EN CÓRDOBA

Drones contra las malas hierbas

  • Los investigadores de Aerometric depuran las técnicas de fotogrametría o posicionamiento en el espacio a partir de fotografías y la teledetección con micro aparatos voladores · La agricultura y el suelo forestal, principales ámbitos de aplicación.

Alfonso García-Ferrer con investigadores del grupo y uno de los drones. / RAFAEL A. BUTELO

Cada vez es más frecuente el uso de de drones, esos pequeños aparatos voladores no tripulados que pueden ser controlados de manera remota, en el campo y también en el mundo de la investigación. Los drones se han convertido en herramientas útiles para trabajos científicos al alcanzar puntos antes inaccesibles y conseguir imágenes que, hasta la fecha, eran cuanto menos, impensables de conseguir por su elevada precisión.

Consciente de los usos y beneficios que podrían reportar el uso de estos aparatos en el campo, en la Universidad de Córdoba (UCO) hay un grupo de investigación dedicado a ello. Se trata de Aerometric, una formación que pertenece a un equipo científico compartido entre la Universidad de Córdoba y el Instituto de Agricultura Sostenible del CSIC, que también cuenta con estos sistemas y trabajan en aplicaciones para el sector agrícola, según explica su responsable, Alfonso García-Ferrer. La institución académica de Córdoba no es la única de Andalucía que utiliza estas herramientas, ya que según García-Ferrer otras universidades las emplean también “para ver las posibilidad de transferir investigación al sector agroalimentario y a otros sectores”.

García-Ferrer, que también es director de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y de Montes de la Universidad de Córdoba (UCO), explica que la línea de investigación del grupo que dirige se centra en “el desarrollo de los procedimientos fotogramétricos ( determinar las dimensiones y posiciones de los objetos en el espacio a partir de medidas realizadas sobre fotografías) y de teledetección que posibilitan las plataformas no tripuladas, conocidas como vehículos aéreos no tripulados o drones, y las cámaras y sensores livianos que montamos en las mismas”. El equipo, además estudia “las aplicaciones en distintos campos, fundamentalmente en el agroalimentario y forestal”, añade.

Aeromatic, según describe García-Ferrer, lleva tres años trabajando con estos nuevos sistemas en aplicaciones como la localización de malas hierbas y su tratamiento diferencial, el vigor de los cultivos y la medida de la biomasa o la optimización de la dosificación de riego.

Uno de los aspectos que subraya este ingeniero agrónomo es que “el coste de los equipos es tremendamente variable”. Así, tienen un precio y un mantenimiento que oscila según “la capacidad de carga que pueden elevar, de la programación interna y acciones de seguridad que incorporen, de algunos componentes como el tipo de GPS y por supuesto de la cámara o sensor que incorpore”. “Los equipos de investigación tratamos de hacernos con los equipos mas completos posibles para analizar todas sus posibilidades, pero para aplicaciones concretas como el control de cultivos estoy seguro que habrá dispositivos de coste asequible, se abre una nueva línea de trabajo para empresas emprendedoras y sin duda los habrá que puedan ser usados por los agricultores”, reconoce.

García-Ferrer también señala que las aplicaciones de uso de los drones “abarcan muchos campos”. Así, indica que en Aerometric “los estamos utilizando además de en el sector agroforestal, en gestión del patrimonio, como herramienta para obtener información de gran precisión en excavaciones arqueológicas”. En ingeniería civil, continúa, lo utilizamos “para control de grandes obras, para cartografía y determinación de movimientos de tierras”, mientras que en el sector energético “en este momento estamos desarrollando aplicaciones para el control y gestión de plantas termosolares y fotovoltaicas”.

El director de Aerometric también alude a proyectos futuros que llevará el equipo y avanza que “estamos en este momento planteando con empresas la incorporación de nuevos sensores que aún no ha sido probados y sus posibles aplicaciones y están surgiendo constantemente nuevas posibilidades”. A su juicio, “lo cierto es que la investigación en Geomática pasa por un momento muy prometedor con el desarrollo de estas tecnologías”.

El uso de los drones, además, abre muchas posibilidades en el sector agrícola y, por ejemplo, permitirá un control más exhaustivo de los cultivos que, al mismo tiempo, permitirán que sean más fuertes. El grupo de investigación que lidera García-Ferrer detecta con drones “las malas hierbas de un metro y luego se hace un tratamiento diferencial”. Con su uso, además, “se pueden detectar deficiencias de estrés hídrico en los cultivos y se optimizan los sistemas de riego”, destaca y añade que “a agricultor le beneficia el en luso eficiente del agua”.

 

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