INVESTIGAR EN CÓRDOBA

La UCO estudia el paralelismo existente entre las razas de cerdos ibérico y criollas

  • El grupo de investigación que dirige Juan Vicente Delgado forma parte del consercio Biopig · Su trabajo está concentrado en el estudio genético de la biodiversidad porcina iberoamericana y las relaciones entre las razas de uno y otro lado del Atlántico.

 Grupo de investigación que dirige Juan Vicente Delgado en la Universidad de Córdoba. BARRIONUEVO. 

En los primeros viajes hasta América, además de marineros, en los barcos también viajaban animales. Entre ellos destacaban los caballos y los cerdos. Los primeros como animal de guerra y, los segundos, para alimentación. De hecho, viajaban vivos "con la intención de prevenir el escorbuto a través del consumo de alimentos frescos”, según explica el profesor titular de Genética de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Córdoba (UCO), Juan Vicente Delgado. Desde entonces, los cerdos ibéricos se han asilvestrado y mezclado con razas locales; y es su genética lo que precisamente estudia Delgado.

Su grupo de investigación, denominado Paidi AGR-218, forma parte del consorcio Biopig, centrado en el estudio genético de la biodiversidad porcina iberoamericana y las relaciones filogenéticas entre las razas de uno y otro lado del Atlántico, estudiando de alguna forma las relaciones que se instituyeron tras la llegada de los españoles a América. Por el momento, el de la UCO es el único grupo en Andalucía que trabaja en este proyecto, aunque en España hay otros equipos de la Universidad Complutense y de Zaragoza.

Según explica el investigador, los cerdos que no eran consumidos en los viajes eran liberados al llegar a tierra firme y, por eso, "en pocos años la especie se había multiplicado sobre manera en el continente y las islas del Caribe". Ello hace que aún hoy se encuentren razas asilvestradas descendientes directos de aquellos animales, como es el caso del Porco Monteriro brasileño o el Cerdo Caracolero Argentino. Por el contrario, según sus estudios, otras muchas razas fueron rescatadas por los colonos y criadas en cautividad formando importantes razas domésticas como el Casco de Mula Colombiano, el Criollo Ecuatoriano y el Pelón Mexicano, entre otros.

La mayor parte de estas razas ni siquiera estaban reconocidas oficialmente hasta que la UCO puso en marcha este estudio. “Todas ellas se encuentran en peligro de extinción, a pesar de las grandes posibilidades que brindan para generar productos de calidad y, de esta manera, participar en el desarrollo ganadero de la región”, subraya el investigador de la universidad cordobesa.

Los objetivos que pretende este estudio son múltiples. El primero de ellos, según explica Delgado, es caracterizar los recursos zoogenéticos porcinos iberoamericanos; el segundo, estudiar los vínculos genéticos que aún existen entre las razas ibéricas y las iberoamericanas; el tercero es apoyar desde el punto de vista genético los programas de conservación y, el cuarto y último, es colaborar en la puesta en valor de estas razas y sus productos tradicionales. En estos estudios, según el investigador, han intervenido 45 poblaciones porcinas, de las que 16 eran razas criollas, mientras que el resto eran razas ibéricas y grupos de referencia europeos y asiáticos.

Hasta el momento, las conclusiones son bastante elocuentes. Delgado expone que una de ellas es que “existen poblaciones porcinas en Iberoamérica que poseen una estructura genética bien definida que nos permite reconocerlas como razas”. En segundo lugar, asegura, se ha apreciado "que la mayoría de estas razas mantienen unas claras relaciones genéticas con las distintas variedades del cerdo ibérico, raza en la que se puede situar su punto de origen y, finalmente, estas razas criollas mantienen un paralelismo muy claro con el cerdo ibérico por lo que se podrían servir de sus modelos productivos para la obtención de productos de alta calidad bromatológica”.

No obstante, el investigador de la UCO reconoce que también han encontrado puntos negativos con el desarrollo de este estudio, como es el hecho de que en todas estas razas se aprecia “una fuerte presión erosiva con la introgresión de genes exóticos, destacando los asiáticos". "Nos alberga la duda de posibles influencias traídas al continente americano desde Filipinas, en el Galeón de Manila, que hacía la ruta Manila-Acapulco y otros puertos del Pacífico americano durante la dominación española del Archipiélago”.

Este equipo de la institución académica cordobesa aún tiene mucho trabajo por delante y, según avanza Delgado, una de esas tareas es la de completar la caracterización de todas las razas Criollas, labor en la que continúan. Sin embargo, no se quedan ahí: han ampliado su trabajo y ahora están introduciéndose en el rastreo de genes mayores relacionados con la producción, con el objetivo de buscar paralelismos "que pudieran usarse para la mejora de la producción de calidad siguiendo la estela y la larga experiencia del cerdo ibérico", según concluye el científico.

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