INVESTIGAR EN CÓRDOBA

El 30% de los adolescentes, involucrado en violencia machista

  • La tesis doctoral de realizada por Carmen Viejo en el Laboratorio de Estudios sobre Convivencia y Prevención de la Universidad de Córdoba desvela que muchas víctimas jóvenes entienden el maltrato como una manifestación de interés por la pareja.

El Laboratorio de Estudios sobre Convivencia y Prevención de la Violencia de la Universidad de Córdoba (UCO) cuenta con una gran tradición en los estudios asociados a la violencia escolar y juvenil. Una de sus líneas de estudios es la violencia en la adolescencia y, en concreto, en las primeras parejas sentimentales. En este campo nació la tesis doctoral de la profesora Carmen Viejo, centrada en el análisis del fenómeno de la violencia física en las parajes adolescentes tomando como punto de partida los estudios que lo asociaban a los ejemplos de riesgo propios del periodo adolescente y potencial factor de riesgo para la violencia de género. Viejo explica que a medida que avanzaba en esta línea, surgieron nuevas preguntas y, finalmente el estudio de la tesis se centró en “la paradoja de lo positivo, versus lo negativo, el beneficio versus el riesgo; las relaciones sentimentales adolescentes como motor para el desarrollo, a la vez que como contexto de riesgo para la violencia”.

Así las cosas, esta profesora inició su tesis titulada Dating Violence y Cortejo Adolescente: un estudio sobre la violencia en las parejas sentimentales de los jóvenes andaluces, que ha recibido el premio a la mejor tesis doctoral de Andalucía de 2012, con varios objetivos. Profundizar en el conocimiento de las primeras relaciones sentimentales adolescentes analizando sus características básicas y el desarrollo evolutivo y analizar la posible incidencia que la experiencia sentimental tiene en sus protagonistas, así como la contribución que ésta, en sus diferentes momentos evolutivos y en función de su calidad, tiene para el ajuste personal de los chicos y chicas fueron alguno de sus objetivos. A estos se suman el análisis de la presencia, formas y frecuencia de la violencia física en las parejas adolescentes, considerando el efecto del sexo y edad de los implicados y determinar el efecto predictor que las variables personales y del contexto -sea de iguales, sea de pareja- tienen sobre la agresión y victimización físicas en las parejas adolescentes, considerando las posibles diferencias entre los modelos predictores de chicos y chicas. Para ello, se optó por realizar un muestreo aleatorio simple que permitió recoger datos de 22 centros de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato de las ocho provincias andaluzas. Carmen Viejo detalla que para ello se entrevistaron a 3.258 adolescentes andaluces (chicos 48.6% y chicas 51.4%) de entre 15 y 21 años.

Los resultados pusieron de manifiesto no sólo la importancia de estas relaciones para los chicos y chicas y los beneficios que una relación de buena calidad les puede reportar, sino “la alta implicación en violencia física que existe desde el inicio de estas parejas y la importancia que tanto los factores personales como contextuales tienen para la comprensión de este fenómeno”. Concretamente, en relación al primer objetivo propuesto, los datos confirmaron “aquello que se apuntaba desde la literatura nacional e internacional: un incremento de estas relaciones a lo largo del periodo adolescente, siendo que hacia los 19 años menos del 5% de los chicos y chicas afirmaban no haber tenido pareja nunca”, anota. Con una media de cuatro o cinco parejas durante este corto periodo de experiencia sentimental, los adolescentes afirmaban que estas relaciones podían llegar a estabilizarse en el tiempo con una media de duración en torno al año, si bien el rango de oscilación iba desde apenas una semana hasta los cinco años.

Estos resultados subrayan, de un lado, la importancia que este tipo de relaciones tiene para los adolescentes, y que no todas las relaciones a esta edad son encuentros puntuales y fugaces. Otro de los datos más llamativos es que un 22,8% de los adolescente está implicado en la agresión física y un 30% en la agresión. Según Viejo, “pese a la agresividad que rodea estas tácticas, éstas pueden ser bien recibidas por el sexo contrario, valorándolas de forma positiva y entendiéndolas como una demostración de interés para/con el otro”. Para esta profesora, la investigación realizada “aporta pistas a lo que se debería considerar a la hora de planificar intervenciones y programas educativos de prevención que trabajen para erradicar esta violencia”.

La tesis doctoral formaba parte de un proyecto nacional de I+D de 2007 que financiaba el citado grupo de la Universidad de Córdoba. De este primero se derivó un segundo proyecto “que nos permitió ampliar nuestra muestra de estudio a la población universitaria para analizar cómo evoluciona este fenómeno en los años posteriores a la adolescencia”, apunta. Viejo avanza también que los resultados que se deriven de este estudio, “el desarrollo y perfeccionamiento de programas de intervención, o la posibilidad de trabajar con colegas extranjeros y realizar estudios cross-nacionales, son algunas de las líneas que tenemos ahora mismo en desarrollo”.  

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