INVESTIGAR EN HUELVA

La arena es la mejor muralla

  • La costa onubense presenta condiciones óptimas para afrontar los retos del cambio climático

  • El grupo de investigación de la UHU Geociencias Aplicadas e Ingeniería Ambiental lleva casi dos décadas estudiándola.

Juan Antonio Morales, investigador de la Universidad de Huelva.

Juan Antonio Morales, investigador de la Universidad de Huelva.

La costa onubense es fuerte. Y esa fuerza la obtiene de la enorme cantidad de arena que acumula. Para un profano en la materia, el que la mayor parte del litoral esté constituida de arena puede dar impresión de vulnerabilidad. La realidad es, sin embargo, muy distinta.

Lo sabe bien el catedrático de la Universidad de Huelva (UHU), Juan Antonio Morales, que lleva años estudiando la evolución de la costa onubense y adelanta que es "única" en toda la península por las características que presenta. Morales es director del grupo de investigación Geociencias Aplicadas e Ingeniería Ambiental, una iniciativa que dio comienzo en 1998 aunque en aquel entonces su ámbito de actuación era más restringido: Geología Costera.

En los últimos tiempos, los estudios buscan saber cuál será el comportamiento de los litorales ante la presumible subida del nivel del mar por los efectos del cambio climático. Ante estos desafíos, Juan Antonio Morales y su grupo, a lo largo de 26 años, han efectuado un estudio pormenorizado de todo el litoral de Huelva. Como ya se ha indicado, se trata de una zona única en la península por su enorme cantidad de arena. Situación que llega a su culmen en Doñana, que es el sistema dunar activo más importante del continente europeo.

Los litorales son uno de los elementos más dinámicos en la naturaleza y con cuantos más sedimentos tenga, más rápido será ese dinamismo. La costa onubense se nutre de los sedimentos que le proporcionan dos ríos: Guadiana -principalmente- y Guadalquivir. Este último dispone de una cuenca que es la única de la Península Ibérica por encontrarse abierta al mar sin estar separada del mismo por un sistema montañoso. Por encima de todo, se trata de una cuenca de sedimentos “que está llena de materiales arenosos” que van acabando en el mar.

Vista de la costa de Huelva. Vista de la costa de Huelva.

Vista de la costa de Huelva.

Una visita satelital del litoral de Huelva permite comprobar que los recursos de arena de los que dispone son “extraordinarios”. Lo importante es que “a la naturaleza se le deje actuar ya que tiene un enorme poder de autorreciclado”. La pérdida de arena, ese temor que todos los municipios costeros alberga, solo acontece cuando la mano del hombre ha infringido unos daños de difícil solución. Esos daños suelen ser los paseos marítimos o las edificaciones, siempre que todo ello no respete las dunas que son los almacenes que el mar usa para recomponer sus aportes de arena. Así, paseos marítimos como el de Matalascañas o La Antilla, que han eliminado el cordón dunar, perjudican ese reciclado y facilita la erosión o pérdida irremediable de arena. No sucede lo mismo en la línea de costa de Punta Umbría donde las construcciones -chalés- han respetado las dunas estando las casas situadas tras ellas.

Juan Antonio Morales añadió que el movimiento de la costa muestra que el período natural en el que las playas se regeneran es el de primavera-verano. Su indicador son las típicas barras que se forman justo delante de la orilla y que van depositando la arena. A partir del otoño, son los temporales los que se encargan de retirarla. Este vaivén de arena hace que el perfil de la playa tienda a comportarse de forma cíclica y flexible. Además de las barras, la costa de Huelva es rica en bajos en las desembocaduras fluviales; que son auténticos almacenes de arena que se sitúan muy cerca de la orilla pero, obviamente, dentro del mar. Los bajos además son agentes naturales extraordinariamente eficaces para combatir la erosión.

Esta dinámica natural va a contrapié del aprovechamiento turístico de las playas. Esto genera tensiones, hasta políticas, ya que los ayuntamientos quieren tener sus arenales a punto en el momento en el que la dinámica estacional los ha erosionado más, lo que se traduce en algunos casos, en la solicitud de aportes adicionales a través de un dragado u otros sistemas a pesar de que la naturaleza devolverá esta arena en el periodo de buen tiempo.

La configuración de la costa onubense es tan positiva que Morales le pone un “8 alto de una calificación de 0 a 10”. La mejor parte se la lleva la costa oriental a excepción del ya mencionado paseo marítimo de Matalascañas. La parte occidental está algo más deteriorada: “La Flecha del Rompido se encuentra en perfecto estado. Algunos problemas presenta El Portil mientras que desde La Antilla hasta Isla Cristina la situación está más o menos bien”, subraya el investigador. El problema principal está en Isla Canela por los problemas que ha generado el espigón aunque el catedrático de la UHU está convencido de que “se regenerará por sí sola”. A pesar de esos problemas puntuales, los recursos con los que cuenta el litoral onubense le garantizan un futuro largo así como el mantenimiento de una línea de costa realmente peculiar que hay que conservar.

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