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El magnetismo del cosmos desde el Big Bang

  • Eduardo Battaner estudia cómo el magnetismo, y no solo la gravedad, ha influido en los primeros desarrollos del universo, cómo se creó o cuál ha sido su influencia en la formación de estructuras a gran escala del cosmos

Eduardo Battaner (en la segunda fila con barba) con su grupo de expertos en astronomía. 

El equipo científico que dirige en la Universidad de Granada el catedrático de Astronomía y Astrofísica Eduardo Battaner investiga desde hace más de 15 años la importancia del magnetismo en el cosmos. En este momento, a través del proyecto denominado Un desafío cósmico entre magnetismo y gravitación, pretende determinar qué efectos dinámicos produce el campo magnético en las galaxias o en el universo como un todo. A lo largo del tiempo, los investigadores han considerado la gravitación la fuerza más importante y han despreciado el magnetismo. Sin embargo, hoy día se empieza a reconocer como una fuerza fundamental en el cosmos. Battaner subraya que “no solamente hace falta considerar la gravitación sino que también es imprescindible incluir el magnetismo. Siempre se había estudiado cómo la dinámica de los sistemas influye en la creación, mantenimiento y evolución del magnetismo pero no al revés, es decir, qué efectos dinámicos produce el campo magnético”. Su equipo, integrado por unos quince investigadores, aborda esta perspectiva desde tres nuevos aspectos.

Por un lado, analiza el magnetismo primordial: “Lo más antiguo observable que podemos medir es el fondo cósmico de microondas que es una radiación que se produce 380.000 años después del Big Bang. Eso se observa hoy con radiotelescopios en ondas milimétricas y especialmente con vehículos especiales como el satélite Planck, en el que cual nuestro equipo está muy involucrado. Una de las posibilidades era ver si, ya en tiempos tan primitivos, había dejado el magnetismo alguna huella que se pudiera medir”, explica. 

Otro de los aspectos en los que trabaja es en “la influencia del magnetismo en las galaxias espirales puesto que el conocimiento del campo magnético en la Vía Láctea es clave para estudiar el magnetismo primordial”. 

Por último, estudia fenómenos en la propia galaxia, especialmente “en las partes más externas, donde la gravitación es menor por estar más lejos y donde el magnetismo puede tener más influencia, y se producen una serie de fenómenos que pueden estar conectados o no con el magnetismo. Por ejemplo, en el disco de la galaxia, en las partes más externas, se produce el fenómeno alabeo porque se deforma y deja de ser plano. También estudiamos el porqué del truncamiento del disco estelar o cuál es la influencia del magnetismo en la curva de rotación de las galaxias espirales, que es un efecto dinámico que puede ser muy importante. Además, el magnetismo puede tener una influencia en las barras de las galaxias espirales porque es especialmente intenso en estas barras”.

Aunque hay precedentes de estudios en esta materia, “aunque no tantos” matiza el Catedrático de la Universidad de Granada, lo que le hizo involucrarse en este ámbito fue el hecho de que “todo se quiera explicar con la gravedad, cuando el campo magnético es un agente dinámico importante y no se le está considerando suficientemente. Había que considerarlo y darle la importancia que el magnetismo tiene en fenómenos cósmicos muy concretos. Por ello, estudiamos cómo ha influido en los primeros desarrollos del universo, cómo se creó o cuál ha sido su influencia en la formación de estructuras a gran escala del universo”.

Para ello, trabajan con el satétite Planck, de la Agencia Espacial Europea (ESA), donde “dirigimos un grupo de trabajo europeo para estudiar el magnetismo cósmico. También estamos involucrados en el satélite Herschel que permite estudiar con mucho detalle la formación estelar así como en un proyecto llamado Califa, que consiste en la observación muy detallada de una muestra de 600 galaxias, que es un estudio que se está haciendo en Calar Alto, y que se considera el esfuerzo más grande que se ha hecho para encontrar el espectro de las galaxias en tres dimensiones”. Además, también están involucrados en el SKA que es “un conjunto de telescopios que en total forman un telescopio de un kilómetro cuadrado que está formado por 200 antenas de tipo clásico de 15 metros cada y unas 200.000 antenas dipolo que están todas conjuntadas y que ofrece una resolución espectacular”.

Entre otros aspectos que estudia Bettaner y su equipo están las lentes gravitacionales que permiten “encontrar la estructura próxima a un agujero negro”.

 

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