INVESTIGAR EN CÓRDOBA

El poder de una EBT agroforestal en los países en desarrollo

  • Una pyme creada en la Universidad de Córdoba lleva la ingeniería forestal a Angola, Líbano y Mozambique, promueve un centro tecnológico en Bolivia, desarrolla una plataforma sobre energías renovables en el África subsahariana y un sistema "low cost" para detectar talas ilegales en bosques tropicales

IDAF, un centro de investigaciones aplicadas al desarrollo agroforestal, es una empresa de base tecnológica (EBT) de la Universidad de Córdoba (UCO) que nació en 2007 y se encarga da fomentar y dinamizar la transferencia de resultados de investigación de la universidad en el área agroforestal en países en desarrollo. Geográficamente, IDAF mantiene abiertas tres grandes zonas de actuación: en el África Subsahariana, en países como Angola, Mozambique, Cabo Verde y Guinea Bissau, la segunda, en la franja de la ribera sur mediterránea, en países como Marruecos, Argelia, Túnez y Líbano, y la tercera, en América Latina -Bolivia, Perú y Chile-.

Su director es Guillermo Palacios, quien explica que la idea surgió tras la experiencia laboral de los promotores, por un lado vinculados al mundo de la investigación por la realización de la tesis doctoral en la Universidad de Córdoba y, por otro, la experiencia profesional en el sector de la cooperación internacional. Reconoce también que el mundo de la investigación “nos mostró la gran desconexión que puede llegar a haber entre las demandas de la sociedad y la dirección en la que en demasiadas ocasiones se enfoca la investigación”. Esta conexión “es necesaria para que exista una verdadera transferencia del conocimiento, un proceso que, además debe ser bidireccional demanda (de resolución de un determinado problema) – oferta (de una determinada solución alcanzada gracias a la investigación aplicada)”. Palacios confiesa que la puesta en marcha de la empresa no fue demasiado “complicada, aunque también reconoce que tras ella “hubo que aprender mucho”.

Las áreas principales de trabajo de IDAF, cuya sede se encuentra en el Parque Científico y Tecnológico Rabanales 21, se centran en tres ejes. Uno de ellos es la cooperación donde, junto con la Universidad de Córdoba, esta EBT esta implantando estudios de Ingeniería Forestal en las universidades de Angola, Líbano y Mozambique. También, dentro de este eje la empresa ofrece formación de profesorado a nivel de máster y doctorado, dotación de equipamientos docentes y de laboratorio e identificación y puesta en marcha de líneas de investigación son los principales ejes sobres los que pivota esta línea de proyectos. Al respecto, Palacios destaca que la variabilidad de enfoques “se amolda a las características cambiantes de cada lugar, de modo que podemos ir desde la creación de un campus virtual con la participación de los países árabes del Mediterráneo hasta la apertura de una línea formativa específica para estudiantes de ingeniería procedentes de comunidades indígenas de Bolivia”.

La investigación aplicada es otro de los ejes de trabajo de esta empresa y en él se incluye la puesta en marcha del Centro Tecnológico Forestal de Santa Cruz de la Sierra en Bolivia, que desarrolla su labor junto con la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno para ofrecer “un verdadero sistema de transferencia tecnológica a toda la cadena, desde las empresas más tecnológicas hasta las iniciativas comunitarias de manejo de recursos naturales”, describe. “También tenemos proyectos como el Geobussola, una plataforma virtual para la recopilación y análisis de datos sobre energías renovables en países del África subsahariana, que persigue establecer una red de conocimiento, formación y bases de datos que permitan un aumento de la competitividad de estos países en el sector energético ya al mismo tiempo promover las inversiones en este sector”, subraya.

El área más amplia de IDAF se centra en el desarrollo tecnológico y la consultaría avanzada. Dentro de ella, esta EBT lleva a cabo proyectos que van desde el diseño de un sistema low cost de detección de talas ilegales bosques tropicales con satélites, el diseño de nuevas metodologías de evaluación forestal mediante el uso de sensores multiespectrales, el uso de drones para la gestión de los recursos naturales en zonas de difícil acceso, sistemas de detección temprana de catástrofes, como incendios e inundaciones, hasta el desarrollo de la metodología de levantamiento catastral en Cabo Verde o la aplicación de sistemas de filtros verdes para depuración de aguas residuales con plantaciones de alto rendimiento, la gestión de biomasa con fines energéticos, entre otras muchas líneas, sistemas de innovación docente (formación virtual) en países en desarrollo.

Hasta la fecha, esta EBT cuenta con una docena de trabajadores de personas de manera directa: siete en la sede de Córdoba y cinco en Marruecos, Líbano, Bolivia, Angola y Mozambique. Todos los miembros de la empresa tienen perfil de titulado superior o doctorado en el campo de la Ingeniería Forestal, Agronómica o las Ciencias Ambientales, incluyendo especialistas en Gestión de Recursos Naturales Tropicales, Energías Renovables, Teledetección Espacial, TICs, Informática, Diseño Gráfico, Formación Virtual, entre otras.

Según avanza Palacios, entre los planes de futuro esta empresa quiere “seguir disfrutando de nuestro trabajo por muchos años, innovando y transfiriendo esa innovación hacia los países en desarrollo, lugares olvidados de la cadena de transferencia del conocimiento, y aprendiendo cada día, de nuestro trabajo, de las experiencias y realidades que encontramos en los países dónde trabajamos”. Aclara también que “si nos fijamos en las posibilidades de financiación y dada la actual crisis económica, desde luego la tarea no es fácil, pero tengo muy claro que lo importante son las ideas, los proyectos innovadores, resolver los problemas que preocupan a la gente”. A su juicio, los fondos “siempre llegan parar financiar las buenas ideas, y si no buscaremos la manera alternativa de llevarlo a cabo”.

 

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