Crimen del gestor de Rochelambert

Las imágenes del cajero sitúan a dos de los acusados intentando acceder a la cuenta del gestor fallecido

  • El jefe del Grupo de Homicidios mostró durante el juicio, imágenes del coche del gestor y una moto con dos ocupantes en la carretera, camino del descampado donde apareció el vehículo

Segundo día de juicio del crimen del gestor de Rochelambert

Segundo día de juicio del crimen del gestor de Rochelambert

El juicio contra los tres acusados de secuestrar, torturar, matar y quemar a una persona en julio de 2016 ha continuado con las declaraciones de los testigos. En líneas generales, la familia de la víctima lo describió como un hombre de costumbrez rutinaria que "ni bebía, ni fumaba, ni había tenido nunca problemas con la Justicia".

La viuda destacó además que era frecuente que el fallecido la llamara varias veces por teléfono a lo largo del día. Algo que no ocurrió el día de su desaparición. "Lo llamé a los móviles y estaban continuamente apagado o fuera de servicio". Tanto la madre como la hija explicaron que estuvieron buscandole desde las 21:00 por la zona de Reina Mercedes, sin éxito y después de que los hijos indagaran por los hospitales sin éxito, denunciaron la desaparición en la comisaría de Nervión.

En el momento de la denuncia, la Policía calificó la desaparición de "alto riesgo" puesto que, como explicó el Jefe del Grupo de Homicidios durante su intervención como testigo en el juicio, "la denunciante comunicó que el entonces desaparecido estaba muy depresivo".

El responsable del Grupo de Homicidios explicó que comprobraron que existieron dos intentos de extracción de dinero en las cuenta del entonces desaparecido, una a las 18:15 en una sucursal de la calle Chucena y otro entre las 20:39 y las 20:42. El primero de ellos, sin éxito por tener el pin erróneo y el segundo, fallido por no estar la cuenta "embargada, bloqueada o sin efectivo".

Asimismo comentó que cuando intentan en el primer cajero, las cámaras de la calle recogen a los dos hombres sobre la moto en dirección contraria a la segunda sucursal, y después vuelven a la de calle 8 de marzo, "por lo que en ese lapso de tiempo algo estarían haciendo".

Dentro de la investigación, se solicitó las cámaras del cajero de la calle 8 de marzo "se observa que hay dos personas que se apean de la moto para sacar dinero. Son dos varones. Uno lleva tatuajes".

Identificado por el perfil de Facebook

El día 8 de julio de 2016 el Grupo de Homicidios solicitó el listado de llamadas del gestor desaparecido y vio que existían varias llamadas a una persona propietaria de un taller de motos con antecedentes. "Identificamos a F. A. por su perfil público de Facebook puesto que mostraba los mismos tatuajes que quedaron registrados en la cámara del cajero del banco", explica el Jefe de Homicidios. 

Mientras la Policía estaba investigando, la familia, a la que califica de "muy activa", les comunica que unos chicos han encontrado el coche calcinado entre el Decathlon y el McDonald de Alcalá de Guadaíra. "En este paraje hay colmenas de la propiedad del principal acusado y de su padre", señala. 

Durante la declaración del Jefe de Grupo de Homicidios mostró imágenes del 6 de julio entre las 21:45 horas y las 22:00 desde las cámaras del Decathlon y McDonald donde se puede observar una columna de humo, que pudieran ser del coche incendiado. También mostró imágenes de la carretera con el coche del gestor y la moto yendo hacia el descampado, y después, de vuelta, la moto sola. 

En la investigación, el Jefe de Homicidios explicó que durante el estudio del entorno de la víctima, "uno de los amigos del desaparecido explicó que le había pedido ese mismo día 3.000 o 4.000 euros para un negocio que no había ido bien". Mientras tanto, se intervino el teléfono del principal acusado, donde se observó que existía "alguna actividad ilícita y conversaciones con unos subsaharianos". 

En el registro de la casa de F. A. apareció un maletín con billetes tintados, que coincide con el timo de los nigerianos del que el acusado habla como motivo de la discusión con el gestor. En uno de los teléfonos que se vendieron del fallecido, el comprador relata que vio un mensaje que decía "me has robado 3.000 euros", según testificó el responsable del Grupo de Homicidios. Aunque también comentó que este teléfono "no se pudo recuperar".

Limpieza de la casa

Durante la vigilancia a la que se somete el principal sospechoso, se descubre que "alguien entra y sale llevando enseres". Más tarde por el cinturón similar al que llevaba el segundo varón registrado en la cámara del cajero, se sabe que es el segundo de los acusados: M. B. 

En cuanto al domicilio del principal acusado, el Jefe del Grupo de Homicidios recordó que se había limpiado profusamente con lejía y que durante varios días M. B. "había estado tirando enseres al contenedor". Incluso una de las veces "los acercó al domicilio de M. A. , el tercero de los acusados". 

La implicación del tercer acusado, M. A. llegó tras la declaración de M. B. en sede judicial, "manifestó que se quedó con el gestor que estaba atado y que intentó desatarlo ante sus súplicas. En ese momento F. A. llegó y le pegó por intentarlo".  También explicó que se halló ADN de M. B. y la víctima en el mango del hacha (o cuchillo carnicero) y sangre el cuarto de baño. 

Respecto a la posibilidad de que los acusados M. B. y M. A. declararan bajo la promesa de libertad o mejora de condena si colaboraban, el responsable del Grupo de Homicidios, a preguntas de los abogados defensores afirmó que es "absurdo".

La localización del coche del gestor también fue peculiar. Según relató la hija de la víctima, tanto a ella como a su hermano les llego un mensaje de wasap en el que alguien que se indentificó como "un niño", quería ayudarles a encontrar a su padre. "Me dio miedo y no tuve más comunicación". Al día siguiente el hijo de la víctima recibió también un mensaje de unos jóvenes con "la ubicación del coche y una foto donde se veía la matrícula". 

En este punto, la acusación particular mostró a la hija un monedero del fallecido, que tenía el cadáver "alojado muy profundamente en la garganta", según explicó el jefe de Homicidios y que la hija reconoció como el que utilizaba su padre. 

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