El Rocío

Sanlúcar se entrega a la Blanca Paloma

Romeros acompañando al Simpecado antes de embarcar en la playa de Bajo de Guía.

Romeros acompañando al Simpecado antes de embarcar en la playa de Bajo de Guía. / Lourdes de Vicente

La ciudad de Sanlúcar vive uno de los días más señalados del año, ya que su Hermandad del Rocío ha dejado su Iglesia de San Jorge para peregrinar camino de la aldea y presentarse ante la Virgen del Rocío de Almonte como una de sus filiales fundacionales que es. Tras realizar el embarque durante este martes en Bajo de Guía ocho de las doce hermandades de la provincia de Cádiz -incluida Ceuta- el día grande en esta playa sanluqueña se produce este miércoles, con la hermandad más numerosa tomando sus calles con más de 5.000 romeros.

En perspectiva, la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Sanlúcar aporta cerca del 50% de los peregrinos que realizan el camino desde todos los puntos de la provincia gaditana. Durante el martes, las ocho hermandades -La Línea, Chiclana, San Fernando, Ceuta, Chipiona, Arcos, Cádiz y Puerto Real- trasladaron a poco más de 3.000 personas. Junto a El Puerto de Santa María y Jerez, las otras dos hermandades más importantes de la provincia que también cruzan la desembocadura en esta jornada, se espera una cifra cercana a los 12.000 peregrinos.

A las 8:00 horas de la mañana, romeros y fieles ya abarrotaban la calle de San Jorge en torno a la Iglesia que lleva su nombre y que es sede y lugar de culto del Simpecado del Rocío de Sanlúcar, que ya se encontraba en su plateada carreta para la Solemne Misa de Romeros que daba inicio a una nueva Romería de Pentecostés y a la peregrinación de la Hermandad hacia la Aldea Almonteña.

Con emoción, alegría y festividad la Hermandad y, por ende, su ciudad, emprendió el camino hacia Bajo de Guía para embarcar y emprender tres días de travesía por Doñana y sus marismas hasta la noche del viernes. Los primeros metros de la romería fueron de una multitud agolpada en torno al Simpecado, que caminaba tras los cientos de caballistas y los tamborileros.

Los escolares, comercios y vecinos observaban el paso del Simpecado, que avanzaba a buen ritmo hacia la Avenida de Bajo de Guía, donde esperaban miles de sanluqueños alrededor del dispositivo de seguridad que por segunda jornada aglutinaba a cientos de agentes de Policía Nacional y Guardia Civil. La primera parada de la comitiva dentro de este dispositivo a escasos metros de la playa era el Monumento a la Virgen del Rocío. Allí esperaban los tamborileros, muchos de ellos niños. A los pies del monumento, el sacerdote que acompañaba a la comitiva inició la Salve con el Simpecado enfrentado a la estatua. 

Llamaba la atención la Hermana Mayor, alejada de los focos, presidiendo a caballo con su vara dorada. Bien acompañada, una emocionada Loli Guerrero exclamaba con una sonrisa expresiva e inequívoca: "¡qué bien está saliendo todo!" de camino a la Capilla del Carmen, última parada previa al embarque del Simpecado y sus fieles.

En la capilla se vivieron los momentos de mayor emoción, con cientos de sanluqueños congregados. Los cantes empezaron a sucederse mientras los devotos iban dejando los ramos de flores sobre la carreta que portaba al Simpecado. Las lágrimas en los ojos de muchos de los romeros reflejaba el momento que se estaba viviendo, unas lágrimas que encarnaban la ilusión y la alegría en quién convierte devoción en tradición.

Poco minutos superando las 11:00 horas, tal y como estaba previsto, los bueyes ya pisaban la arena de la Playa de Bajo de Guía mientras sus peregrinos bailaban y cantaban en la orilla. Con el visto bueno de los operarios, los fieles empezaron a colmar el barcón con destino Doñana. Más lágrimas, más emoción y más alegría una vez que los 5.000 romeros sanluqueños desembarcaron tras cruzar el Guadalquivir, instalados ya en una jolgoriosa cuenta atrás para reencontrarse con la Reina de las Marismas.

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