LA TRIBUNA DE FEBRERO DE 2016

Un tiempo nuevo para la Universidad de Málaga (UMA)

José Ángel Narváez Bueno

Rector de la Universidad de Málaga

Hemos comenzado un nuevo gobierno de la Universidad de Málaga. Lo hacemos desde la plena conciencia de que vamos a actuar con una voz libre, crítica y creativa, que da sentido profundo a la universidad pública. Representamos a las casi cuarenta mil personas que integran esta comunidad de estudios superiores: profesores, investigadores, personal de administración y servicios y estudiantes. Eso implica un alto compromiso con todos ellos. Hemos plasmado en el programa electoral, ahora de gobierno, las líneas maestras de lo que va a constituir un cambio sustancial de esta nuestra Universidad.

No quiero ni voy a ser un rector que promete en el vacío. Tengo un alto sentido del servicio público, desde donde debemos reclamar, denunciar, y, al mismo tiempo, ofrecer nuestra experiencia, conocimiento y capacidad para hacer realidad nuestro sueño colectivo: cambiar a mejor a nuestra universidad. Ponerla de verdad al servicio de la sociedad, de todos los ciudadanos. Y no solo ésta, la Universidad de Málaga (UMA), sino todo el sistema andaluz de universidades públicas creando colaboraciones, como la que ya hemos establecido con la Universidad de Sevilla y a la que pronto se incorporará otras. Para conseguir hacer realidad tanto anhelo, es imprescindible el apoyo político y financiero de la Junta de Andalucía, que es nuestro soporte firme y con el único que contamos para sostener y hacer avanzar realmente al sistema andaluz de universidades públicas. La puesta al día de ese compromiso es impostergable.

Tal recordatorio no es una abstracción. El pago de la deuda universitaria significará desarrollar el campus, adquirir recursos y medios para los laboratorios, postergados durante el último quinquenio; incorporar al profesorado que espera por sus ascensos, así como al personal administrativo y de servicios; garantizar que ningún estudiante deje de serlo por falta de ayudas. Poder incrementar la investigación como garantía del desarrollo de Andalucía, para que los procesos de transferencia de conocimiento sean ágiles. Y que el trabajo de los investigadores no sea una acción secundaria, precaria, sino una actividad constante, programada que garantice los recursos financieros suficientes para que podamos cumplir con el espíritu y definición de la Ley de la Ciencia.

Son estos tiempos difíciles, los estamos viviendo en carne propia. No obstante se escuchan voces frescas desde la Junta de Andalucía, que dicen estar trabajando para resolver estos problemas de las finanzas. Pero no debemos olvidar que además se necesitan políticas públicas definidas. Y eso pasa por revisar las mejoras en todo el personal que integra a nuestra comunidad, desde el profesor más joven que se inicia en sus tareas docentes, hasta los que ya la acaban; hasta todos y cada uno de los trabajadores, sin olvidar cubrir las necesidades de nuestros estudiantes. Aprobar de una vez el nuevo Plan Andaluz de Investigación es una necesidad urgente para asegurar el trabajo de nuestros investigadores.

Las líneas estratégicas de nuestro programa están dirigidas a cambiar todo lo que haya que mejorar. Estamos trabajando desde la misma noche de nuestra proclamación en construir un modelo nuevo de universidad pública, crítica y solidaria; ética y de mayor calidad democrática; al servicio de la sociedad, que es su objetivo, y abierta al mundo. Y lo vamos a lograr poniendo en prácticas tales ideas y con la colaboración de todas las personas que integran nuestra universidad. Hemos concluido una etapa y estamos comenzando una verdaderamente nueva.

Para lograr tal cambio, además de la inestimable e insustituible aporte de la Junta de Andalucía, tal como hemos expuesto, es necesario al mismo tiempo un pacto de Estado que defina el modelo de universidad pública, investigadora, de puente social, de creación de un verdadero sistema productivo basado en el principal producto de la educación superior: el conocimiento. Ante tal perspectiva reiteramos aquí nuestro compromiso firme, ineludible y activo para conseguirlo con la ayuda y el soporte institucional y, sobre todo, con el de nuestra importante comunidad universitaria.  

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