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Castilblanco de los Arroyos

José Manuel León pregona a la Virgen de Escardiel desde el pórtico de su Coronación Canónica

  • El 'padre' de la hermandad moderna pregonó este viernes en el Teatro Municipal Miguel Fisac la Gloria de la patrona emérita y advocación señera de Castilblanco de los Arroyos, Santa María de Escardiel, que será coronada canónicamente el 21 de mayo por el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses

Un momento del pregón de José Manuel León.

Un momento del pregón de José Manuel León. / M. G.

El patio de butacas del Teatro Municipal Miguel Fisac vestía galas de evento inolvidable. Sobre el escenario la Banda de Nuestra Señora de la Granada de Guillena interpretaba los sones de composiciones dedicadas a Santa María de Escardiel con la batuta ausente -por motivo de la pandemia- del profesor Francisco Pizarro. Y en pocos minutos José Manuel León Josele pedía la venia suplicando a San Benito, patrón de Castilblanco y protector de la Sierra Morena sevillana, para su particular encomienda: pregonar a la Virgen de Escardiel a las puertas de su Coronación Canónica.

Una pintura de la Virgen en los trazos de Francisco Maireles Vela copaba el auditorio de arte. Sólo referentes que han vivido tanto y tan cercano a la devoción de Escardiel, que la han leído y estudiado en sus legajos, archivos, y libros, tienen un acervo tan nutrido, rico y diverso al glosar hitos, vida y obras ligados a esta advocación mariana señera de Castilblanco. Así lo corroboró Josele desplegando recursos, frescura y originalidad en cada verso. Una magistral lección de historia y sentimiento hilados con creatividad, ingenio y sentido del humor con la que uno de los padres de la refundación de la vieja corporación religiosa y precursor de la hermandad moderna guió sus letras desde los albores de Escardiel de la mano de San Fernando hasta los dinteles del pórtico serrano y popular de su próxima Coronación Canónica, que tendrá lugar el 21 de mayo de manos del arzobispo José Ángel Saiz Meneses.

Villaverdero de cuna y castilblanqueño de corazón, José Manuel León arrancó con fuerza presentando a Escardiel como madre intercesora y protectora ante adversidades y situaciones difíciles. Como las adicciones a las drogas, la incertidumbre de las personas que emigran a otro lugar o de las que llegan a nuestra comunidad buscando una vida mejor, o quiénes postrados ante la enfermedad propia o de un ser querido se aferran al pañuelo de la Virgen en busca de una luz de esperanza. El pregonero guió a un Teatro Municipal Miguel Fisac entregado desde la singular tierra de cardos de la Ermita que dio su nombre a Escardiel hasta el Mesón que en cada Venida descubre su rostro, La Huerta que la acoge en la primera noche o El Puente para reconocer enclaves y porciones de un pueblo vinculado a esta devoción siete veces centenaria.

Puerta a puerta hizo alusión a decenas de familias de la Virgen. Desde el patio de butacas, su hermano Julián León -que fuera Hermano Mayor de esta corporación en los noventa- se preguntaba entre risas si había mandado a pedir el libro de los difuntos de la parroquia mientras con gran habilidad Josele provocaba lágrimas y carcajadas a auditorio avivando la memoria de tiempos pasados con pasajes de escardieleros y escardieleras que fraguaron con su entrega la Corona que la Iglesia Católica imponga en unos días a la venerada imagen tallada en madera de encina de Santa María de Escardiel. En su discurrir pregonando hubo paradas para la devoción a la Virgen de Aguas Santas y al Espíritu Santo, como guiños a Villaverde del Río, a la Pura y Limpia del Postigo de Sevilla, o a la Paz, a la Amargura, a la Virgen de los Dolores y a la Virgen de Gracia a nivel local.

En un salmo interminable, "eso es también Escardiel", Josele se afanó en hacer visible la contribución imprescindible de tantas personas humildes y anónimas "en una devoción con altibajos" edificando un maravilloso «Evangelio» con claves castilblanqueñas. Así sonaron las promesas de un matrimonio joven que hace años se propuso limpiar el camino de la ermita después de la romería, un compromiso con el que el pregonero hizo presentes retos de nuestro tiempo como la preservación y respeto al Medio Ambiente. Con nombre y apellidos figuró Manuel Mulero, natural de Puerto Serrano y gran vigía de la Virgen hasta nuestros días, o Fray Carlos Amigo, que a pocos kilómetros de este acto recibía el cariño de la Archidiócesis de Sevilla en su capilla ardiente. Al vestidor de Escardiel, Jose Javier Fernández Sánchez, se aproximó por sus dos abuelas, y quiso reconocer su buen hacer aludiéndole en boca de Dios.

Primera medalla de oro de la Villa

No faltaron la cita a la primera romería de Escardiel documentada en 1594, al vínculo de ganaderos y toreros con la antigua cofradía, a la concesión del título de Real en 1752, la investigación para aclarar la titularidad pública del camino de Escardiel y los derechos sobre la ermita serrana, la recuperación y restauración del Crucificado de los Vaqueros o los fastos del 750 aniversario de la devoción, en el año 1997, que trajeron consigo la unanimidad del Pleno del Ayuntamiento de Castilblanco de los Arroyos gobernado por Manuel Ruiz Lucas para conceder a la patrona histórica la primera Medalla de Oro de la Villa.

Al filo de un nuevo milenio Josele destacó la resolución de la Junta de Andalucía para declarar, en 1999, Fiesta de Interés Turístico en Andalucía la romería de la Virgen de Escardiel. Curioso, citó el Cabildo de Hermandad de 1762 que dispuso la primera Venida de la Virgen ataviada de «pastora», al modo en que la vio Fray Isidoro de Sevilla, siendo mayordomo Sebastián Díaz, y la dispensa del entonces párroco Juan García para que la venerada imagen estuviera en la Parroquia no en las vísperas del 15 de agosto sino desde los primeros días del mes. Como broche no faltaron El Carbonero, Ángeles La Cañuela, Narciso y el tío José el de Elías, personajes imprescindibles del imaginario local, o la irreverente Fernanda Hernández La Bravía con su "billete de los grandes" para manifestar -desde su humildad y a su manera- un sentir escardielero que llevaron a gala generaciones de castilblanqueños hasta nuestros días.

El pueblo escardielero agradeció el pregón del precursor de la hermandad de Escardiel actual con una sonada ovación que, con la timidez y modestia que le caracterizan abrazó desde el escenario un emocionado José Manuel León. Los más de 40 pregones anteriores que curten al pregonero le sirvieron para legar a su devoción de Escardiel este último presente que corona, también, su entrega y la de los suyos a la advocación de la Virgen más castilblanqueña.

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