Bienestar

Cómo afecta el cambio de hora a los bebés

Cómo afecta el cambio de hora a los bebés.

Cómo afecta el cambio de hora a los bebés. / Archivo

El domingo 25 de octubre se producirá el cambio horario de invierno, por lo que en la madrugada del sábado 24 nuestros relojes se retrasarán una hora y a las 03.00 volverán a ser las 02.00 horas. Un pequeño cambio en el reloj, pero un gran desajuste para nuestro organismo.

Esta reducción de las horas de luz y el nuevo horario de invierno nos afecta a todos, a adultos, niños y también a los bebés. Cuando llega otoño los días comienzan a ser más cortos, las horas de luz son menos y eso, dicen los expertos, nos afecta al humor. La luz solar es fundamental para sintetizar vitaminas y, de forma general, nos dota de optimismo.

Un bebé durmiendo plácidamente. Un bebé durmiendo plácidamente.

Un bebé durmiendo plácidamente. / Archivo

Además, la exposición a la luz natural nos ayuda a mantener el ciclo de sueño y vigilia, ya que el “nervio óptico, durante las horas de sol, envía un mensaje a la glándula que produce melatonina, una hormona asociada con la aparición del sueño”. Esta glándula segrega menos cantidad de melatonina durante las horas de luz y cuando comienza a anochecer se inicia un aumento de producción pudiendo descompensarse los ciclos de sueño-vigilia.

Cambios en los bebés

El cambio horario suele afectar más a la población infantil y a los mayores al tener más sensibilidad ante este tipo de alteraciones. "El reloj central interno regula un ciclo diario que afecta a los niveles de las hormonas y a todo nuestro cuerpo", por lo que cuando se produce una modificación de este ritmo "puede desorientarse y eso es lo que le ocurre con los cambios horarios", recuerdan en la Asociación Española de Pediatría (AEP).

En el caso de los recién nacidos, este reloj interno "está operativo a partir de los cinco o seis meses de edad y tiene en la lactancia materna su mejor aliado", ya que la leche de la madre contiene más cantidad de melatonina durante la noche.

A los niños también les afecta el tener que adaptarse al nuevo ritmo de sueño y de comidas durante los próximos días, sobre todo a los bebés de 0 a 3 años.

Un bebé duerme mientras va de paseo. Un bebé duerme mientras va de paseo.

Un bebé duerme mientras va de paseo. / Archivo

Las principales alteraciones en los más pequeños, según la AEP, son:

  • Alteraciones del apetito.
  • Irritabilidad.
  • Dificultad para conciliar o finalizar el sueño.
  • Pequeñas alteraciones del ritmo cardiovascular.

Adaptación gradual

No hay que olvidar que todos estos síntomas durarán, como mucho, una semana. No obstante, se puede ayudar a los bebés lactantes a adaptarse adelantando cada toma diez minutos cada dos o tres días.

Con los niños que ya van al colegio también hay que realizar una adaptación gradual a la hora de irse a dormir, y sin olvidar que estos días pueden estar más irritables y menos concentrados. “Es importante conocer esto para, como padres, tener mayor paciencia cuando nos enfrentemos al día a día de nuestros hijos”, recuerdan desde el portal serpradres.es.

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