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La industria farmacéutica amplía sus esfuerzos para reducir la huella ecológica

  • El sistema de gestión de residuos Sigre cumple dos décadas de trabajo 

  • El 95% de los españoles está ya concienciado del daño medioambiental que supone tirar estos residuos a la basura

Uno de los puntos de recogida que hay en las farmacias para reciclar envases y fármacos inservibles.

Uno de los puntos de recogida que hay en las farmacias para reciclar envases y fármacos inservibles. / JAVIER ALBIÑANA

Envases de medicamentos un 25% más ligeros y reducción de 1.400 toneladas de CO2 al año. Son algunas de las cifras positivas producto de las dos décadas de medidas orientadas a impulsar la economía circular en la industria farmacéutica en España, y que son consecuencia del trabajo impulsado por el Sigre, el sistema de gestión de residuos de medicamentos y sus envases de origen doméstico, que fue puesto en marcha por la industria farmacéutica junto a los distribuidores farmacéuticos y las oficinas de farmacia en el año 2001 y que por tanto cumple estos días sus primeros 20 años de existencia.

“La industria farmacéutica, cuya misión principal es contribuir a mejorar la salud y el bienestar de las personas, no es ajena a la protección del medio ambiente, que desde siempre ha considerado como un requisito previo e imprescindible de su actividad. Con la puesta en marcha de Sigre hace 20 años, la industria ha impulsado un sistema de gestión que permite cerrar el ciclo de vida de los medicamentos mediante el aprovechamiento de los residuos generados y la minimización de su impacto ambiental”, asegura Humberto Arnés, presidente de Sigre y director general de Farmaindustria.

La recogida de los residuos de medicamentos y sus envases se realiza a través de los llamados Puntos Sigre existentes en las farmacias, donde la población cuenta con un sistema accesible -ya hay cerca de 22.000 puntos en toda España- que garantiza el adecuado tratamiento medioambiental a este tipo de residuos. En estos 20 años, los ciudadanos que han depositado tanto los restos de medicamentos como las cajas vacías en los Puntos Sigre han conseguido, gracias a este gesto, ahorrar más de 350 millones de kw/hora y reducir el consumo de agua en más de 300 millones de litros y de petróleo en más de 55 millones de litros.

Otra consecuencia positiva del reciclaje de estos residuos es que en dos décadas se ha evitado la tala de al menos 165.000 árboles, una cantidad similar a diez veces el Parque de El Retiro de Madrid.

“Hoy, 20 años después de poner en marcha Sigre, hemos conseguido entre todos quizás la parte más importante: que el reciclado de los envases y residuos de medicamentos forme parte de los hábitos sociosanitarios y medioambientales de los hogares españoles. El 95% de los españoles está ya concienciado del daño medioambiental que supone tirar estos residuos a la basura o por el desagüe”, señala Arnés.

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