Estas neuronas tienen receptores que pueden detectar directamente las señales moleculares procedentes del sistema inmunitario, una capacidad que no tienen la mayoría de las neuronas. Los investigadores descubrieron que la zona clave del hipotálamo se encuentra justo al lado de una sección permeable del cerebro llamada barrera hematoencefálica, que ayuda a la circulación de la sangre hacia el cerebro. ''Lo que ocurre es que las células de la barrera hematoencefálica que están en contacto con la sangre y con el sistema inmunitario periférico se activan y estas células no neuronales segregan citoquinas y quimiocinas que, a su vez, activan la población de neuronas que hemos encontrado'', apuntan los investigadores.