El regaliz es para la salud como lo es para nuestro paladar, agridulce. Este dulce procede de plantas de países mediterráneos o del sudeste asiático y se caracteriza por su contenido en glicirricina, que es mucho más dulce que la sacarosa. Pero a pesar de los efectos nocivos del exceso de azúcar, las propiedades del regaliz son muchas. De hecho, la raíz de esta planta es uno de los medicamentos más antiguos, usado como remedio natural por las antiguas civilizaciones para tratar problemas del tracto respiratorio superior, estomacales o de cicatrización de heridas, entre otros.

Con el tiempo, sus beneficios han sido corroborados y se han descubierto otros como su efecto antiinflamatorio, antidepresivo, protector del hígado o como ayuda para dejar de fumar. Sin embargo, esta valorada golosina, si se consume en exceso, puede favorecer la aparición de hipertensión arterial, hipopotasemia y alcalosis metabólica.

Es precisamente la glicirricina puede ocasionar la caída de los niveles de potasio en el cuerpo. Al entrar el potasio en la célula, afecta la bomba Na-K-ATPasa, provocando despolarización de la membrana celular. Y si eso sucede, algunas personas experimentan un ritmo cardíaco anormal, así como presión arterial alta, edema (hinchazón), aletargamiento e insuficiencia cardíaca congestiva. Así, tras evidenciar varios casos en personas que no habían tenido problemas cardíacos previos, se ha conseguido describir la relación entre el consumo de esta planta (y sus derivados) y la hipertensión. 

De hecho, infusiones a base de esta planta herbácea y, especialmente, antiinflamatorios están en el punto de mira por su potencial efecto hipertensor. Los especialistas advierten que ya había casos registrados de hipertensión secundaria hace más de medio siglo, momento en el que era común consumir el regaliz de mata en el campo. 

En este sentido, su consumo en grandes cantidades puede causar todos los síntomas del trastorno conocido como hiperaldosteronismo, en el que la glándula suprarrenal produce demasiada hormona aldosterona en la sangre que produce retención de sal en el organismo. Así, el regaliz natural contiene una sustancia química que actúa como demasiada aldosterona. Sin embargo, la mayoría de los dulces que se venden como "regaliz" tienen sabor artificial y contienen poco o nada de regaliz real.  Además, este compuesto tiene un efecto inhibidor de una enzima (11-beta-hidroxiesteroide deshidrogenasa tipo 2) que inactiva el riñón.

¿Dónde está el límite?

Los expertos advierten que las personas con hipertensión deben realizar un consumo moderado, sin  consumirlo más de cuatro semanas consecutivas. La Comisión Europea recomendó no ingerir más de 50 g de regaliz sin tratar durante más de siete días seguidos. 

La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU, alerta de que 2 onzas (unos 56 gramos) al día durante dos semanas ya puede provocar una arritmia, sobre todo en personas mayores de 40 años. Por otro lado, en Europa hay bastantes casos descritos sobretodo con el consumo de infusiones: bolsitas de té que contienen regaliz, por lo que no se recomienda tomar más de 2 a la semana.