Causa criminal

Las pruebas recogidas por los investigadores en casa de Óscar no sitúan a Esther en ese lugar

Cartel de la desaparición de  Esther López

Cartel de la desaparición de Esther López

A día de hoy sigue siendo un misterio quién es el asesino de Esther López, la joven de Traspinedo (Valladolid) que desapareció el pasado 12 de enero, después de que esta fuera con un grupo de amigos a ver el partido entre Real Madrid y FC Barcelona de la Supercopa de España, y cuyo cuerpo apareció 24 días después en una cuneta a unos tres kilómetros de la mencionada localidad.

Con todo, el pasado mes de abril, la policía científica rastreó la casa de Óscar, el principal sospechoso de la desaparición y muerte de Esther, y última persona que la vio con vida, con el objetivo de encontrar restos de ADN en la vivienda, que puedan certificar la presencia de la joven la noche de su desaparición, de 12 al 13 de enero. Así como cerca del lugar donde se perdió el rastro de su teléfono móvil por última vez. La Guardia Civil cree que Esther López pudo ser escondida en casa de Óscar antes de ser abandonada en la cuneta de la carretera.

Resultados de laboratorio

Según declaró otro de los amigos con los que Esther y Óscar estuvieron esa fatídica noche, Carolo, "cuando nos íbamos a casa, en el coche de Óscar, Esther le preguntó si se podía dormir en su casa". A lo que, al parecer, él le contestó "por lo menos tres veces, si estaba segura. Y ella le dijo siempre que sí".

Sin embargo, los primeros resultados de laboratorio, sobre las más de 500 muestras recogidas por los investigadores en el chalé familiar de Óscar S., han llegado al Juzgado de Instrucción 5 sin que, por el momento, permitan a los investigadores poder situar a la joven vecina de Traspinedo en ese escenario al día siguiente. De hecho, la pintura azul que había en el pantalón de Esther López tampoco se corresponde con las muestras que recogieron en esta casa. 

El cuerpo de Esther fue encontrado cerca de la carretera de acceso al pueblo, a unos 3,5 kilómetros de su entrada. José María, un salmantino de 47 años, lo localizó "a simple vista" cuando esa mañana de sábado se dirigía hasta la localidad vallisoletana desde Salamanca.

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