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Al menos 19 muertos en un atentado contra un centro educativo en Kabul

  • El atacante detonó sus explosivos en la sección femenina del aula, donde se preparaba el acceso a la Universidad

Familiares de una de las fallecidas en el atentado en Kabul.

Familiares de una de las fallecidas en el atentado en Kabul. / Efe

Al menos 19 personas murieron y otras 30 resultaron heridas este viernes tras un atentado suicida en el interior de un centro educativo en el oeste de Kabul, donde residen principalmente miembros de la atacada minoría chií hazara, cuando cientos de alumnos de ambos sexos se encontraban en el edificio.

Testigos oculares afirmaron a Efe que el atacante detonó sus explosivos en la sección femenina del aula.

El portavoz de la Policía de Kabul, Khalid Zadran, afirmó a Efe que el "ataque suicida" en el centro educativo Kaj dejó al menos 19 muertos y 27 heridos. La explosión tuvo lugar en el interior de una de las aulas durante un examen de práctica para preparar las pruebas de acceso a la Universidad, cuando el centro educativo se encontraba abarrotado de estudiantes, añadió Zadran.

"Solemos pedir a los centros educativos que informen a las fuerzas de seguridad de los distritos policiales antes de llevar a cabo estos programas especiales", dijo.

Malavi Shamsullah, el jefe de la Policía del Distrito 13 de la capital afgana, donde tuvo lugar el suceso, elevó en declaraciones a Efe el número de heridos a "30 o 40".

Imágenes del atentado compartidas en redes sociales muestran el aula con los pupitres y el techo destrozados por la explosión. La clase, con cientos de alumnos, estaba dividida en dos, segregada por sexos. Dos puertas llevaban a la zona masculina, otra a la femenina.

Mohammad Zahoor se encontraba allí en medio del examen de preparación a la Universidad cuando ocurrió el atentado. Primero escucharon un tiroteo, pero no le dieron demasiada importancia al pensar que era lejano, hasta que se percataron que había un atacante en el centro y acababa de matar a dos guardias de seguridad.

"Los estudiantes empezaron a gritar y correr, y de repente el hombre armado entró en la clase por la puerta de las chicas (...) y se inmoló entre las estudiantes", explicó a Efe Zahoor. "Se inmoló entre las chicas y la mayoría de las víctimas son también chicas", insistió el joven.

El atentado ha suscitado la condena del Gobierno interino de los talibanes, que han prohibido la educación secundaria femenina pero permiten la formación en los estudios universitarios.

"El Emirato Islámico de Afganistán (como se autodenomina el Gobierno talibán) considera un gran horror el ataque de hoy contra un centro educativo (...) y lo condena con firmeza", dijo en Twitter el principal portavoz de los fundamentalistas, Zabihullah Mujahid, al tiempo que prometió "detener y castigar" a los autores.

En el ámbito internacional, Unicef se declaró "consternada por el horrible ataque", mientras que la embajadora de Estados Unidos en Afganistán, Karen Dicker, lo calificó de "vergonzoso".

El ataque, que tuvo lugar en la mañana de este viernes en el barrio hazara de Dasht-e-Barchi, no ha sido reivindicado por el momento por ninguna formación terrorista, aunque el grupo yihadista Daesh ha reclamado en el pasado numerosos atentados en Afganistán contra esta minoría, a la que considera apóstata.

Los ataques contra estudiantes de la minoría hazara se han repetido durante los últimos años en Afganistán. El último, el pasado abril, que causó al menos 6 muertos y 25 heridos, aunque el control de los talibanes a la información impedía obtener una cifra clara, con algunos testigos elevando las víctimas.

En mayo de 2021 un atentado contra una escuela femenina en el barrio de Dashte Barchi dejó 110 muertos, en su mayoría niñas, y 290 heridos. Meses antes, otro ataque en octubre de 2020 contra un centro educativo de esta minoría causó 24 muertos y 57 heridos.

Desde su llegada al poder en agosto de 2021, los talibanes han lanzado varias operaciones contra el Daesh en varios puntos del país, deseosos de demostrar que su regreso había supuesto también el fin de la violencia.

La garantía de la seguridad y el control del yihadismo fue una de las grandes reivindicaciones de los talibanes en los territorios bajo su control durante la guerra con el Gobierno depuesto y las fuerzas internacionales.

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