Calle Larios
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Málaga: el verano de nuestra vida
Ya cuesta distinguir entre la temporada de playa y el resto del año, mermado y anecdótico. Pero lo verdaderamente difícil es encontrar una ciudad debajo de la playa, como un Mayo del 68 inverso. Málaga: una apuesta por el decrecimiento. Málaga y la clase turista.
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Málaga: una apuesta por el decrecimiento
No se trata de empobrecernos, sino de distinguir entre el crecimiento y el crecentismo. O, en todo caso, de buscar fórmulas para un desarrollo menos proclive a la desigualdad. Málaga y la clase turista. La Vega de Mestanza también existe.
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Málaga y la clase turista
Igual nadie contaba con que, cuando todo fuera escaparate, no iba a quedar nadie para seguir pregonando el pescado, pero el territorio mantiene su futuro hipotecado en los mismos términos. La Vega de Mestanza también existe. Málaga y el derecho a la ciudad.
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La Vega de Mestanza también existe
Que Málaga sea mucho más diversa de lo que estamos dispuestos a admitir debería ser una buena noticia, aunque prevalece un cierto recelo respecto a lo que se sale del molde. Málaga y el derecho a la ciudad. Un paseo (en metro) por el Hades.
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Málaga y el derecho a la ciudad
El conflicto entre las distintas fórmulas para la rentabilidad extractiva del espacio público sólo puede resolverse desde el reto que plantea la habitabilidad del entorno urbano en el presente. Un paseo (en metro) por el Hades. El andén 9 y 3/4.
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Málaga: un paseo (en metro) por el Hades
Faltaba que el invento llegara al Centro para que la ciudad latiera también aquí abajo en todas sus hechuras, espléndida, quizá aún callada y previsora pero ya en su manifestación fidedigna. Málaga: el andén 9 y 3/4. Málaga: la ciudad de los famosos. .
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Málaga: el andén 9 y ¾
Después de todo el tiempo, de toda la inversión y toda la paciencia, cabía esperar una estación de metro digna de las pirámides de Guiza, de los jardines colgantes de Babilonia, del Taj Mahal. Pero no. Málaga: la ciudad de los famosos. Réquiem por un mandaloriano.
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Málaga: la ciudad de los famosos
Nunca los quince minutos de fama que vaticinó Andy Warhol para todo el mundo habían tenido tanto sentido como aquí, donde es difícil no sentirse parte del espectáculo inagotable. Pero no tenemos la culpa de parecernos tanto a George Clooney. Réquiem por un mandaloriano. Málaga y el progreso.
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Réquiem por un mandaloriano
Uno cree todavía a estas alturas que quienes vienen a poner a Málaga en el mapa saben hacer las cosas, respetan los principios y observan las costumbres, pero a veces la realidad es muy distinta además de tozuda. Málaga y el progreso. La Málaga de quince minutos.
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Málaga y el progreso
La ciudad ha asimilado con decisivo éxito el modelo orteguiano: a lo grande y con objetivos cada vez más elevados. Pero si hay algo más mutante que la propia Málaga es la misma idea de progreso. La Málaga de quince minutos. Málaga: fuera del escaparate.