Calle Larios
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Málaga, la cultura y sus razones
La programación cultural de la ciudad es la que es, la que sabemos, pero llama la atención la determinación asumida a la hora de no dejar espacio a posibles alternativas.
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Caminar como resistencia
Muy a pesar de las terrazas, de las aceras destrozadas, de las pérgolas y de la calima, echar a andar entraña, todavía, un activismo político noble y necesario.
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Los retornos y las prioridades
Siempre cabe la posibilidad de que el Ayuntamiento de Málaga vaya de farol con la Copa América de Vela, pero adivinen qué se podría hacer con cien millones de euros.
Málaga
¿Por qué continúa el arco de luces de la calle Larios de Málaga tras el Carnaval?
La huelga de transportes junto a la alfombra roja ha supuesto que se mantenga la estructura del alumbrado navideño.
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Málaga: lo que era de todos
No faltan avisos de que la mercantilización del espacio público en la ciudad ya apenas tiene límites, pero el discurso del éxito es siempre más fuerte.
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La guerra silenciosa
Hay otras masacres soslayadas, cercanas, tal vez en el portal de al lado, que llevan años librándose y que poco o nada inquietan a la opinión pública.
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Una oportunidad para el Museo Ruso de Málaga
Nadie podía imaginar que Rusia invadiría Ucrania, pero tampoco era difícil admitir que el modelo sucursal para la cultura podía salir más caro de lo previsto.
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El síndrome de la cara vacía
Dicen los terapeutas que la gente siente ahora nostalgia de las mascarillas cuando sale a la calle, pero a lo mejor la verdad del gesto no está en el rostro, sino en otra parte.
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La aritmética del descampado
El Centro de Málaga se define también por su negación, por las ausencias, por los mordiscos a mayor gloria de la paradoja y, tal vez, por las oportunidades perdidas.
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Los servicios prestados
Asumida la idea a estas alturas de que las ciudades se gestionan como empresas, cabe concretar que el modelo malagueño se parece más al de una entidad financiera. En la balanza entre pagos y servicios ya sólo se puede perder, pero queda la marca.