Decenas de palestinos resultaron heridos este lunes durante enfrentamientos con las fuerzas de seguridad israelíes en el marco de una protesta contra una multitudinaria marcha de colonos judíos hacia un polémico asentamiento en Cisjordania, considerado ilegal incluso bajo la ley israelí.

La protesta tuvo lugar en la localidad palestina de Beita, adyacente al asentamiento de Eviatar, evacuado por las autoridades israelíes en 2021 y que se ha convertido en un símbolo del movimiento colono y un foco de tensión política en el país.

Los servicios de emergencia palestinos informaron de que 22 personas debieron ser atendidas por el impacto de balas recubiertas en caucho, de las cuales tres fueron hospitalizadas.

Otros 10 manifestantes también debieron ser trasladados a centros médicos cercanos producto de sus heridas y 185 recibieron atención médica en el lugar por inhalación de gases lacrimógenos lanzados por las fuerzas de seguridad israelíes.

Medios locales informaron de que al menos tres de los palestinos heridos eran periodistas locales que estaban cubriendo la manifestación.

Un portavoz del Ejército israelí describió la protesta como "violentos disturbios" y destacó que sus tropas utilizaron "medios antidisturbios" contra los presentes.

Además, detalló que los manifestantes "arrojaron piedras contra los soldados, hiriendo levemente a dos de ellos, que recibieron atención médica en el lugar".

Estos incidentes tuvieron lugar en paralelo con una multitudinaria acción en la que miles de colonos israelíes marcharon hacia el asentamiento de Eviatar con el fin de presionar al Gobierno para que autorice su repoblación y demostrar la fortaleza del movimiento colono, según explicaron sus organizadores a medios locales.

Entre los presentes hubo varios ministros y parlamentarios del ala más derechista del Ejecutivo, incluyendo al ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir.

"No nos rendiremos ante el terrorismo, ni en Eviatar, ni en Tel Aviv. Si te rindes ante el terror, te rendirás en todas partes, pero estamos aquí para decir que el pueblo judío es fuerte", dijo Ben Gvir en un mensaje de vídeo desde la marcha difundido mediante sus redes sociales.

La referencia al terrorismo llega tras registrarse dos ataques mortales el pasado viernes, uno en Cisjordania y otro en Tel Aviv.

El primero de ellos fue un ataque con disparos en una carretera del norte de Cisjordania y causó la muerte inmediata de dos hermanas, de 15 y 20 años respectivamente, mientras que su madre falleció este lunes producto de sus heridas.

El segundo tuvo lugar poco después, cuando un ciudadano árabe de Israel mató a un turista italiano de 36 años en un atropello presuntamente intencionado en Tel Aviv, en el que otros siete turistas resultaron heridos.

Estos episodios fueron seguidos este lunes por la muerte de un palestino de 15 años durante enfrentamientos con tropas israelíes desencadenados por una redada militar en un campo de refugiados en Cisjordania.

Este territorio vive el comienzo de año más sangriento desde el año 2000, en el marco de un repunte de violencia entre israelíes y palestinos que desde el inicio de 2023 ha registrado la muerte de 96 palestinos y árabes-israelíes en incidentes violentos con Israel y también 19 personas del lado israelí, víctimas de ataques.

Por su parte, una delegación egipcia viajó a Tel Aviv la madrugada de este lunes para establecer un diálogo "amplio" con el objetivo de alcanzar un acuerdo para poner fin a la reciente escalada de tensión y al intercambio de ataques entre Israel y grupos palestinos, informaron a Efe fuentes cercanas a las conversaciones.

Las fuentes, que pidieron mantener el anonimato, indicaron que la delegación egipcia mantendrá una serie de conversaciones con diferentes grupos para "alcanzar un acuerdo definitivo al que se adhieran todas las partes".

Asimismo, las fuentes indicaron que Egipto ha mantenido ya diversas llamadas con el Gobierno israelí, la Yihad Islámica, Hamas, el partido Al Fatah, la Autoridad Nacional Palestina (ANP), además de "responsables de Estados Unidos", con el objetivo de "detener la escalada en todas las ciudades palestinas".

Por su parte, las diferentes facciones palestinas han informado a El Cairo de sus peticiones para una tregua, que se resumen -siempre de acuerdo con las fuentes- con poner fin a los ataques contra la mezquita de Al Aqsa de Jerusalén y a la suspensión de las operaciones militares israelíes contra la Franja de Gaza.

En la misma línea, el Gobierno egipcio ha mantenido conversaciones con su contraparte israelí, que exigió para la tregua el cese de lanzamientos de cohetes a Israel por parte de facciones palestinas, así como un mayor control de las "operaciones individuales" contra ciudadanos israelíes.

La tensión escaló a mediados de la semana pasada tras las cargas policiales contra fieles palestinos atrincherados en Al Aqsa durante los rezos del mes sagrado musulmán de ramadán, en unos enfrentamientos que dejaron más de 350 detenidos y 30 heridos.

Esto llevó a que milicias palestinas lanzaran cohetes desde Gaza y el sur del Líbano, mientras que desde el sur de Siria se lanzaron seis cohetes en dos tandas, de los que tres cruzaron a territorio israelí, unos ataques que fueron respondidos por Israel.

Egipto ha sido tradicionalmente el principal interlocutor entre el Gobierno israelí y las milicias palestinas, así como entre las diferentes facciones palestinas.