El 21 de noviembre de 1994 los viajeros del tren de Zafra se amotinaron por la falta de asientos en el convoy. Bloquearon el paso del ferrocarril durante varias horas en Calañas cuando detectaron que Renfe no había dispuesto los autobuses suplementarios para llevarlos hasta Huelva.

El tren salió como cada domingo por la tarde desde Zafra con tres vagones que tenían una capacidad aproximada de 190 viajeros. Al pasar por las estaciones de Cumbres Mayores, La Nava, Galaroza, Almonaster, Valdelamusa y El Tamujoso llenó al completo su aforo. Al parar en la estación de Calañas, los viajeros que habían comprado su billete subieron al convoy pero se encontraron con que no tenían sitio donde sentarse. Además, detectaron que Renfe no había dispuesto los autobuses suplementarios para prevenir este tipo de contingencias. Fue entonces cuando los pasajeros montaron en cólera y se plantaron incluso en mitad de la vía férrea para impedir la continuidad del viaje. Los que iban en sus asientos se solidarizaron con los perjudicados y colaboraron en la protesta masiva contra Renfe.

Al lugar acudieron efectivos de la Guardia Civil que no intervinieron debido a que la protesta fue en todo momento ordenada y pacífica. El tren continuó su marcha hacia Huelva a las 20:05 de la noche pero tuvo que dejar en tierra a casi cien viajeros. Dos autobuses llegaron a las cuatro horas a por ellos para llevarlos a la capital onubense y a Sevilla, ya que estos últimos perdieron el transbordo en Huelva.

El comité de empresa de Renfe acababa de denunciar en esos días la lamentable política de la Compañía para esta línea y dijeron que hechos como el de ese domingo se sucedían todos los viernes y vísperas de festivos por la gran afluencia de usuarios a esta línea. Asimismo, acontece también al regreso de puentes y fines de semana aunque en dirección a Huelva.

Cuando el tren llegó a la estación onubense los viajeros, tremendamente indignados, clamaban una solución a Renfe y no dudaron en denunciar el riesgo que corren cada vez que han hecho el trayecto de pie.

De paso exigieron la continuidad de la línea y mostraron su rechazo frontal a las intenciones de la dirección de clausurar este ferrocarril.