Me aflora el recuerdo de cuando estabas en la cola de la Alameda y por “tus pintas” sabías que te ibas para casa. De éxito en éxito por Huelva.

Si la afición pudiera jugar, como se dice algunas veces, el Córdoba ganaba por goleada todos los partidos y jugábamos la Champions.

Mi padre, mucho antes de que se pusiera de moda y digan que es hasta bueno para ponérselo en la cara, era el defensor más grande que he conocido del aceite de oliva.

Estamos tan fritos de agua que cualquiera que venga, a la hora que sea y cuando sea, nos gusta y nos viene bien.

Si queremos crecer en el amor y así ser felices, aprendamos a hacer el bien, busquemos el bien de los que amamos, corrijamos lo que no va.

El nuevo curso político debe ser el que marque de una vez el destino de la provincia si se alcanza la unidad de acción política y social que echamos en falta. Esta Huelva pinta mucho.

Antonio Barragán, historiador de Aguilar de la Frontera y profesor de la Universidad de Córdoba, ha realizado un esfuerzo extraordinario en un libro de más de 900 páginas.

Bauman hablaba de sociedad líquida, pero avanzamos y somos gaseosos.

El verano, cuando volvemos a la casa familiar, es un reencuentro con los sabores que nos formaron.