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La Velá de Santa Ana celebra su XXXI Concurso de Tiradores de Cerveza

  • La Plaza del Altozano ha acogido este lunes el tradicional concurso de tiraje de cerveza, además del concurso de la Caseta Mejor Decorada

Concurso de tiradores de cerveza en la Velá de Santa Ana / JOSÉ ÁNGEL GARCÍA

Es toda una tradición entre los hosteleros de la ciudad. El Concurso de Tiradores de Cerveza, que este año ha vivido su XXXI edición, es uno de los eventos más señalados de la Velá de Santa Ana y congrega a multitud de maestros taberneros en la Plaza del Altozano para demostrar su valía a la hora de tirar una buena caña. Organizado por la Comisión de la Velá, en colaboración con Cruzcampo, este concurso premia a los mayores expertos en este arte, además de galardonar al que para el Grupo Cruzcampo es el Tabernero del Año. En esta edición, como ya es habitual en cada Velá, el calor tampoco quiso perderse el concurso de maestros cerveceros.

Con 36 participantes inscritos, el Concurso de Tiradores de Cerveza congregó a muchos curiosos que no quisieron perderse la cita. Rostros habituales, entre participantes y espectadores, se mezclaban con caras nuevas que por vez primera iban a probar suerte en el que para muchos es el concurso del verano. Con rigurosa puntualidad trianera, el certamen despertó los nervios entre muchos de los participantes que, ante las elevadísimas temperaturas, bromeaban sobre echarse una cerveza antes de comenzar. "Vamos a echarnos una cerveza fresquita", "A ver cómo de fresquita está", "Eso, positividad ante todo", bromeaban algunos de los participantes que se arremolinaban en torno el puesto de Cruzcampo instalado en la Plaza del Altozano.

Inscritos los últimos rezagados, el concurso comenzó con los motores más que calentados. "Si tú me llamas, nos vamos pa Triana; si no me llamas, nos vamos pa Canarias", coreaban en una arrabalera de Sin pijama antes de empezar. La reglas del juego eran bastante sencillas. Todos los participantes debían servir tres cervezas, siendo la primera una toma de contacto entre el tabernero y el tirador.

Uno de los participantes tira una cerveza ante la atenta mirada de sus contrincantes. Uno de los participantes tira una cerveza ante la atenta mirada de sus contrincantes.

Uno de los participantes tira una cerveza ante la atenta mirada de sus contrincantes. / José Ángel García

La valoraciones a tener en cuenta por el jurado eran la limpieza, la técnica y la presentación. "Hay gente que lleva detrás de una barra más de treinta años y son auténticos maestros cerveceros, cada uno tiene su técnica y su estilo, por eso la primera cerveza que se tire es de prueba, para que el tabernero se haga con el tirador", anunciaba el presentador. "En cada bar la cerveza sabe distinta porque depende de lo frío que esté el vaso, del tiraje, a veces de la simpatía del camarero, de la fuerza del grifo... todo eso se debe tener en cuenta", añadía. 

Animados por un público enérgico, los participantes fueron desfilando uno a uno por una barra que rápidamente se tornó amarilla. De las cervezas que se tiran en vaso de cristal, el público aprovecha para bebérselas en vaso de plástico. Ante el reclamo de algún espontáneo deseoso de un trago bien frío, los concursantes respondían: "¿Pero tú no estabas tomando medicación?". A lo que algún avispado espectador contestaba: "¡Si lo que más me gusta de este concurso es que reparten cervezas!".

Uno de los participantes durante el concurso. Uno de los participantes durante el concurso.

Uno de los participantes durante el concurso. / José Ángel García

Veteranos del concurso, como Manuel, del bar La Akela, que aseguraba "llevar en el concurso desde antes de que éste existiera", con nuevas incorporaciones, como Ángel Gómez, de la cervecería Casa Angelito y de sólo 24 años, convivían en un concurso en el que lo verdaderamente es participar y pasar el rato con compañeros de profesión. Por eso, al anunciar los ganadores del certamen todos los participantes mostraron alegría y se felicitaron unos a otros.

Con una única fase clasificatoria, de la que salían los tres mejores tiradores de cerveza, resultó ganador de la XXXI edición del concurso Baldomero Masegosa, de casa Baldomero y con sólo dos años de experiencia detrás de una barra. En segundo lugar quedó Ángel Gómez, de la cervecería Casa Angelito, y en tercer lugar Jesús Díaz, de la cervecería La Fundición. A los tres galardonados se sumó José Oliva, del bar La Oliva, que este años ha sido reconocido como Tabernero del Año.

Alberto Jiménez y Maribel Sol, de la Hermandad de la Divina Pastora, recogen el premio a la Caseta Mejor Decorada de manos de Encarnación Aguilar, delegada del Distrito Triana. Alberto Jiménez y Maribel Sol, de la Hermandad de la Divina Pastora, recogen el premio a la Caseta Mejor Decorada de manos de Encarnación Aguilar, delegada del Distrito Triana.

Alberto Jiménez y Maribel Sol, de la Hermandad de la Divina Pastora, recogen el premio a la Caseta Mejor Decorada de manos de Encarnación Aguilar, delegada del Distrito Triana. / José Ángel García

Entregados estos distintivos, la delegada del Distrito Triana, Encarnación Aguilar, entregó el premio a la Caseta Mejor Decorada de la Velá, un concurso que este año vive su VIII edición. Con una ornamentación típicamente trianera, la caseta de la Hermandad de la Divina Pastora de Triana se hizo con el galardón a la Mejor Caseta Decorada. "Este año hemos querido rememorar los típicos patios trianeros colocando macetas, azulejos y hasta una buganvilla y, además de mezclarla con la temática deportiva. La Divina Pastora es la patrona del deporte, por eso muchos clubes le han llevado ofrendas. Ahora hemos querido recuperarlas para decorar la caseta", señalaba Alberto Jiménez Aguilar, uno de los miembros de la hermandad.

Decoración de la caseta de la Hermandad de la Divina Pastora de Triana. Decoración de la caseta de la Hermandad de la Divina Pastora de Triana.

Decoración de la caseta de la Hermandad de la Divina Pastora de Triana. / José Ángel García

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