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Un pintor en la Capilla 'Sextina'

  • Despedida. Con su tocayo Paco Cortijo, el pintor Paco Cuadrado participó en aventuras como Estampa Popular, contra el franquismo, o la caseta de pintores 'Lienzo Moreno'

Paco Cuadrado, en la caseta de los pintores en la Feria de Abril de 2002.

Paco Cuadrado, en la caseta de los pintores en la Feria de Abril de 2002.

El Tanatorio parecía una caseta de Feria, igual que hay casetas de Feria que parecen tanatorios. Despedían a Paco Cuadrado, un pintor de altura, que tenía su Capilla Sextina en el sexto piso de la Avenida Miraflores, 65, el barrio de Retiro Obrero donde creció con sus tres hermanos, hijos de un tornero y una costurera.

La metáfora de la caseta no es forzada. Paco Cuadrado, con sus tocayos Paco Molina y Paco Cortijo, con otros pintores como Félix de Cárdenas o Santiago del Campo, que también se nos fueron hace poco, consiguieron licencia para abrir una caseta en la Feria de 1981, apenas un par de meses después del 23-F. Le pusieron Lienzo Moreno y conoció un deambular de calles: Curro Romero, Rafael Ortega, Espartero. Cada año, un artista la pregonaba y en la plática se podía hablar de Andy Warhol o de Monet.

Cuadrado, Cortijo, Molina. Tres Pacos, onomatopeya de los francotiradores. Su kalasnikov era un pincel. En esa caseta conocí a los hermanos del pintor: Pepita era pasante de oculista; Fernando había trabajado en Fasa Renault; Manolo se dedicaba a los seguros y ha enseñado a bailar sevillanas a miles de personas. Fue el primer modelo de su hermano "a los nueve años y el último con 69". Por el tanatorio aparecieron Ana María Cortijo y Gautama del Campo, los hijos de sus amigos y maestros. Cortijo del Campo. En el caso de Paco Cuadrado, esos apellidos suenan a terrateniente comunista, como Ignacio Vázquez Parladé.

Rocío de Frutos cantó una conmovedora canción sefardí que le gustaba mucho al pintor. Ezequiel Martínez evocó sus colaboraciones con el Ateneo de Mairena del Aljarafe, el pueblo con más pintores por kilómetro cuadrado, como si el pintor se midiera en hectáreas. Manuel Gerena recordaba la portada que le hizo para su disco de 1975. Paco Cuadrado combatió al franquismo. Ése fue el origen de Estampa Popular, el colectivo que formó con Cortijo y Cristóbal Aguilar. Antonio Burgos, en crónica en Triunfo, enumeró sus años de presidio, nómada carcelario por Jaén y Segovia.

Paco Acosta, uno de los procesados del Proceso 1001, contó una historia divertida. El pintor formaba parte de una célula del Partido Comunista a cuyo frente estaba Eduardo Saborido. Con otros correligionarios se fueron a un partido trotskista liderado en Sevilla por una belga guapísima que por lo visto era una infiltrada de la policía franquista.

Los galeristas Fausto Velázquez y Rafael Ortiz despidieron al amigo. Al discípulo de Miguel Pérez Aguilera. El epitafio es nuevo bodegón de la pintura sevillana. Manuel del Valle, siendo alcalde de Sevilla, le encargó un cartel de fiestas primaverales. El pintor rojo se va en el centenario de la revolución rusa. Su cielo es el lavadero de un sexto piso del Retiro Obrero. Se instaló en Java, una casa que financió pintando como un estajanovista. Le regaló meses de vida el médico humanista Fernando de la Portilla.

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