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La reforma agraria del marqués cinéfilo

  • Fin de raza. En agosto murió Pío Halcón, hijo del académico. Fue mecenas del flamenco, inspector de Hacienda, portero del Atlético de Madrid, amante de galgos y productor de cine

Pío Halcón, en su finca El Cañuelo, Mairena del Alcor, en enero de 2012.

Pío Halcón, en su finca El Cañuelo, Mairena del Alcor, en enero de 2012. / B. Vargas

Hizo su particular reforma agraria, que la Junta de Andalucía le premiara a Manuel Pío Halcón (1926-2017) por un cortometraje en el que este aristócrata, marqués de Villar del Tajo, hacía de señorito andaluz. Genio e ingenio se fundían en su personalidad y en su fraseología: "Yo entiendo más de mujeres que de flamenco y dice la gente que entiendo mucho de flamenco", decía a este periodista hace cinco años en su finca El Cañuelo, en Mairena del Alcor.

Coleccionista de frases de las que era destinatario. "Pío, te das cuenta que nos dejan por los bajitos", le dijo Fernando Fernán-Gómez para consolarse de los respectivos abandonos que les propinaron Lucía Bejarano, con la que tuvo cuatro hijos, y Analía Gadé. Su amiga Carmen Carrero, hija del almirante de Santoña, le dijo una vez que si no hubiera sido por las mujeres habría llegado a ministro. Una de sus frases favoritas se la dijo un día su amigo Antonio Burgos en relación con un distinguido ascendiente: "Si a Daoíz le coge en Sevilla el 2 de mayo no sale con un cañón a la calle, se mete bajo una cofradía".

Hijo del escritor y académico Manuel Halcón, que fue corresponsal de guerra en la guerra del 36 que a su hijo le cogió en Cartaha con diez años. Pío Halcón admiraba los Recuerdos de Fernando Villalón que su padre le dedicó a su primo, el ganadero y poeta del 27. Su progenitor le paró en seco la carrera balompédica, cuando Helenio Herrera quiso ficharlo de portero del Atlético de Madrid. Acabó Derecho y aprobó oposiciones a inspector de Hacienda, que ejerció en Jaén y Toledo. Pero pasará a la historia por su mecenazgo en el flamenco, "la gente lo asocia con la juerga, pero yo soy abstemio", y con el cine: como productor con Galgo Films -guiño a su etapa como presidente de la Federación Galguera-, apadrinó la película Manuela, una historia de su padre que dirigió Gonzalo García Pelayo con guión de Pancho Bautista y en la que este equipo se adelantó décadas a Tarantino en la aparición de la música de Lole y Manuel.

Dicen que cuando se muere una persona mayor es como si ardiera una biblioteca. En el caso de Pío Halcón, por quien ayer se celebró un funeral en la parroquia de Los Remedios, es como si el incendio destruyera la Babel de Borges. Decía que su modelo de aristócrata había sido el conde de los Andes, un ministro de Alfonso XIII que lo metió en el flamenco, espejo en el que se miró Berlanga para el personaje del marqués al que interpreta Luis Escobar en La escopeta Nacional.

Sobrino-nieto de Antonio Halcón, que fue alcalde de Sevilla en tres periodos distintos, su hija Pía Halcón fue concejal con Zoido en el gobierno municipal -delegada de Bellavista- y ahora lo es en el Ayuntamiento de Juan Espadas en la oposición.

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