Patriomonio

Los espacios culturales de Cádiz a medio gas el 1 de mayo con una ciudad llena de turistas

Puerta de entrada del Teatro Romano de Cádiz

Puerta de entrada del Teatro Romano de Cádiz / F.C.

Las coquetas calles del barrio del Pópulo han sido un hervidero este miércoles festivo, 1 de mayo, día del Trabajador. Daba gloria ver cómo los grupos de turistas iban descubriendo la historia del barrio más longevo de Cádiz, entre las anécdotas que en distintos idiomas les iban narrando los guías turísticos. Que si el "Arco de los Blanco", que si "el mágico callejón del Duende", que si "la Viña, Santa María y miren ustedes... el Pópulo". Hasta tres grupos recorrían poco antes de las 13.00 horas sus callejuelas, recién concluida la manifestación por los derechos de los trabajadores en la plaza de la Catedral, también repleta de visitantes.

Porque el primer día de mayo, que amanecía lluvioso, dio paso a una soleada mañana primaveral que invitaba al paseo, pues el tiempo andaba un poco fresco para un baño en la playa. Una mañana perfecta para que los 9.000 turistas que arribaron al puerto de Cádiz, y otros tantos que llegaron de localidades cercanas para disfrutar de esta festividad, hicieran eso que llamamos 'turismo cultural'. Muy de moda y en boca de toda institución política, pero tan difícil de practicar en Cádiz para poner fin a esa otra expresión que tanto gusta "del turismo estacional". Con esta suerte de horarios de nuestros entornos culturales y patrimoniales va a ser complicado. 

Y todo esto viene a que entre los grupos de extranjeros que paseaban por el Pópulo, se plantó uno ante la puerta del Teatro Romano para descubrir, desencantado, que estaba cerrado. 'Closed'. El Teatro de Balbo cerró el 1 de mayo, fiesta, como también lo hizo el Museo Provincial de Cádiz, dos de los grandes referentes culturales de la provincia, el Museo Litográfico -que ha venido cerrando esporádicamente sin anuncio previo-, La Casa de Iberoamérica, el Museo de las Cortes y la Factoría de Salazones. Sí que mantuvieron sus pases Gadir y abrieron sus puertas el Museo del Títere, el Castillo de Santa Catalina, la Casa del Carnaval, el ECCO y, por supuesto, el monumento más visitado de todos, la Catedral, el único que hace caja. 

Porque para ser serios en esto del equilibrio entre el turismo de playeo y el cultural hay que serlo no solo en las programaciones, sino en los horarios de apertura al visitante de los equipamientos culturales, sobre todo ahora que llega el verano. Que el veraneante descubra que Cádiz es más que sol y playas, que es y tiene mucha historia que contar. A lo mejor algún día, cuando entre en vigor el pago por la entrada en nuestros espacios culturales -en lo que parece trabajar la Junta de Andalucía- se contemple esta posibilidad, la de brindar al turista una oferta cultural completa cualquier día del año. Mientras esto no ocurra, mientras no se le dé su sitio al abundante patrimonio artístico y cultural que tiene la ciudad, seguirán imperando, y por siempre, nuestras hermosas playas. 

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