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Cartaya-Xerez DFC: Una victoria rojinegra certifica la permanencia matemática

Entrenamiento de la AD Cartaya.

Entrenamiento de la AD Cartaya. / AD Cartaya

Una victoria del Cartaya le certifica la permanencia matemática. Recibe a un Xerez DFC que llega embalado al partido y que se la juega por arriba. Se prevé una gran entrada de público con promoción especial del club.

Llevamos tiempo haciendo referencia a lo mismo. El Cartaya y su afán por contradecir a la naturaleza. Cualquier otro equipo, en su situación, habría arrojado toalla y ganas de vivir. Limón y su equipo de trabajo, en comunión con los jugadores, han hecho una especie de juramento que va más allá del conocimiento humano. Así han logrado ponerse a las puertas de las bendiciones mundiales por la gesta que están describiendo. Así se escribe una historia que un día contarán a sus descendientes: “Yo fui el Cid Campeador de los nuevos tiempos”.

Recibe al Xerez DFC y una victoria le libra de todo pecado. Una victoria es el objetivo, con cuatro jornadas por delante. El rival, probablemente el equipo de la Liga que más ha crecido en los últimos tiempos, está en el desahogo en la tabla, tercero, con 55 puntos, pero tiene metido en las entrañas apurar opciones de escalar aún más en la clasificación. Las cuentas que se hacen es que si son capaces de ganar todo lo que resta, entonces es hasta posible que puedan optar al primer puesto. Por eso, comparecerán mentalizados y cuando un equipo con el potencial del Xerez DFC, hay que hacer un partidazo para descabalgarlo de la idea que trae.

Limón no moverá ni un ápice de la fórmula que le ha llevado al éxito. No importa quién esté delante, sino el concepto propio. Y así, el partido puede convertirse en un ir y venir sin pausa. Ellos con la posesión y el Cartaya a galope tendido.

El club ha hecho una llamada a la asistencia y ha puesto en marcha una oferta especial para que se animen socios y los que no lo son. Eso puede provocar, en caso de que surta efecto la iniciativa, que el campo presente una gran entrada. Ya se lo está mereciendo el equipo.

El Cartaya no quiere pensar más allá de la cita inminente y no quiere hacer cábalas futuras. Hay tiempo, cierto, pero cuanto antes finiquite el asunto de la salvación matemática, mejor para todos, que la tensión vivida merece ya un descanso.

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