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'Ámame', juguetes casi rotos

  • Leonardo Sbaraglia protagoniza la película dirigida por Leonardo Brzezicki y presentada este martes en la Sección Oficial a concurso

Leonardo Sbaraglia en una escena de 'Ámame'.

Leonardo Sbaraglia en una escena de 'Ámame'.

Santiago (Leonardo Sbaraglia) lleva demasiado tiempo viviendo sus emociones al límite. No conoce filtros ni pretende incorporarlos a su rutina cotidiana. “Quiero vivir siempre con esa mezcla de excitación y miedo”, admite a unos amigos, como casi todos, eventuales.

Las consecuencias de esta búsqueda empiezan a pasarle factura en el momento en que hace recuento y descubre que las personas que viven a su alrededor lo han dado por perdido. “Miro la vida que tengo y hay algo que no…” se confiesa sin terminar la frase, y así es en efecto.

Su hija Layla (Miranda de la Serna) lo descartó hace mucho tiempo pese a vivir con él; de la misma manera que sus exparejas han rehecho su vida, o su madre perdió la esperanza de reconducirlo. Sólo a cargo de un negocio que empieza a prosperar parece encontrar su sitio un personaje que, por lo demás, sigue alternando entre borracheras, orgías gais y coqueteos con las drogas.

Con estos mimbres (y sobre todo, sobre los hombros de Santiago) compone Leonardo Brzezicki una cinta tan espídica y aleatoria como su personaje principal. Y lo hace con éxito gracias a un Leonardo Sbaraglia en estado de gracia, que asume toda la responsabilidad de la solidez de la película en una actuación memorable de principio a fin.

Porque Santiago es un personaje inconstante e imprevisible, pero la narración de Brzezicki cuida hasta el mínimo detalle que sus devaneos respondan a sentimientos reconocibles, que son tallados y humanizados de forma excelente por Sbaraglia.

Así, episodios vergonzantes como el número de la piscina, los sobornos con regalos o las peleas pasadas de testosterona se convierten, filmados por la cámara de Pedro Sotero, en capítulos cinematográficos de gran nivel, convirtiéndonos en testigos del descenso a los infiernos de un juguete roto al que todos están por abandonar.

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