Jerez íntimo

Marco Antonio Velo

marcoantoniovelo@gmail.com

Jerez 1941: Manueles, sor Rosa, Benito Durán y los herniados

De izquierda a derecha: Manuel de Mora-Figueroa y Gómez-Imaz, el mercedario Manuel Fernández Martínez y Manuel Esteve Guerrero.

De izquierda a derecha: Manuel de Mora-Figueroa y Gómez-Imaz, el mercedario Manuel Fernández Martínez y Manuel Esteve Guerrero.

¿Cómo saludaba Jerez al nuevo año 1941? ¿Con olor a naftalina? No precisamente. Sí desplegando y expansionando los ecos de sociedad de una vida local nimbada de cortesía. El 1 de enero amanecían sus calles según el hábito de la caballerosidad. Las buenas maneras no escaseaban. Los Manueles, jerezanos de pura cepa, o aquellos que se consideraban por derecho y domicilio convecinos, eran felicitados de modo tanto oficial -valga aquí el ejemplo de la letra de molde del papel prensa- como oficioso. De boca a oreja en el vis a vis de la más simpática amistad. Fueron, sí, felicitados en esta germinal jornada del año naciente los siguientes: el gobernador civil y jefe provincial del Movimiento, excelentísimo señor don Manuel de Mora-Figueroa y Gómez Imaz; el director general de Agricultura ilustrísimo señor don Manuel de Goytia y Angulo, el conde de Montegil y el jefe comarcal de Falange Española Tradicionalista y de las Jons, don Manuel Fernández de Bobadilla y Ragel; los presbíteros señores Becerra Fernández, Correa Pomar, López Avalos, Robles y Romero y el religioso mercedario R. P. fray Manuel Fernández Martínez.

Además, los señores Chamorro Latorre, Alvarez Estévez, Esteve Guerrero, Barea Rodríguez, Guerrero Lozano, Guerrero González, Guerrero Lassaletta, Vergara Lassaletta, González de la Peña y Alonso Fernández, Hernández Romero, Cala Rodríguez, Viqueira Conde, Marina Pérez, del Valle y García-Márquez, Baranguá, Rivero Dávila, Díez e Hidalgo, Domecq González, Máximo Ruiz, Vallecillo Riquelme, Montenegro García, García de Angulo y Blasco, Jurado Núñez, Palacio Winthuyssen, de la Riva González, Hortas Román, Martel y Hierro, Mateos Salvago, Puerto Calderón, López Cepero y Alonso, Iglesias Caraballo, Paz Varela, Ojedo García, Aranda Aguilar, Aranda Ruiz, Padilla Argumedo, Romero Valdespino y Sánchez Romate, Cantos Ropero, Romero Monje, Espinosa Alvarez, Miril Serrate, Martín Domínguez, Moguer Fernández, Martínez Arce, Pérez y Pérez, Santiago Flores, Baños García, Casteleiro Rivas, de Luque y Dastis, Parada Martínez, Lara Porra, Rubio Gallardo, Galindo Bancalero, Alcocer Jarana, Lagos Romero, Bravo Bozanes, Fernández Jalón, de la Quintana Alvarez, Franco Núñez; Camarero Maldonado, Pareja e Isla, Campuzano Gayol, Pernia Cañero, Moure Seoane, Fontán Berraquero, García Pelayo y de Trevilla, Ruiz Cintado, de la Riva Morales, de la Riva y Romero de Aragón, Salido la Cal, Salido Ortega, López Vicente, Melero Trillo, Roldán Romero, Roldán Lorente, Lorente Roldán, Becerra Varela, Valderas Varela, Sánchez Sánchez, Acedo Marchan, Camacho Ruiz, Benítez Martínez, Caldas Gálvez, Camacho Cauqui, Marcos Pampillón, Simonei, de la Riva y Domecq y Cancela Gómez, los simpáticos niños Manolito Pareja Gey y Manolín Cuadra García y el miembro del equipo de redacción del periódico ‘Ayer’ Manuel Sambruno y Barrios. El niño Manuel Pareja Gey fue el recientemente fallecido profesor de la Salle, tan querido y admirado por incontables y sucesivas generaciones de jerezanos educados en los centros lasalianos de la Alameda Cristina, primero, y Buen Pastor a partir del año 1971.

Jerez, sí, abrazaba buenas nuevas en el costumbrista clima del primer día de enero de 1941. Fue comentado, con alborozo, cómo en la parroquia de Santiago había recibido las aguas del bautismo la preciosa niña que había dado a luz Juana Ruiz Vázquez, esposa del sargento de Infantería Juan Muñoz Ramírez. Cuentan las crónicas de la época que “a la neófita le impusieron el nombre de María Josefa”. Fue apadrinada por los abuelos paternos. Precisamente el 1 de enero celebró “sus bodas en religión” sor Rosa de Santa María Moncloa, religiosa del convento del Espíritu Santo de la ciudad. Los jerezanos comentaban de otra parte el delicado estado de salud del presbítero Benito Durán Berdún. El día de año nuevo, a las cuatro de la tarde, se celebró en el domicilio de los señores de Guerrero Benítez (don Sebastián) la boda de su hija María Teresa con Ricardo Castrillón Shelly. En paralelo, horas antes, a las once de la mañana, renovando la costumbre de años anteriores, la ermita de San Telmo acogió solemne misa cantada cuya celebración a la sazón fue costeada por un entusiasta cofrade de la hermandad que en dicho templo radica. Era asimismo sabido que en Santo Domingo se convocaba el último día del triduo del Niño Perdido.

La publicidad cobraba auge. Tanto en el periódico local como en otras publicaciones y formatos podía leerse este ilustrativo anuncio: “Herniados. Si usted necesita un aparato para la contención de su hernia, consulte la Farmacia Alonso, donde encontrará lo que desea en aparatos de marcas, acreditados de eficacia y adaptados exactamente a su medida y clase de hernia. Extenso surtido en aparatos para los diferentes sexos y edades, caracterizados por su gran calidad, comodidad y sencillez. Especialidad en fajas medicales para toda clase de dolencias abdominales. No olvidad las señas: Farmacia Alonso, General Franco, 22 (Corredera)”. El alcalde de la ciudad hace saber: “Para general conocimiento de todos los vecinos de este término municipal que, con fecha 20 de octubre último, se ha promulgado una Orden del Ministerio de Trabajo, a efecto de llevar a cabo una labor revisora del Censo inicial del Régimen Obligatorio de Subsidios Familiares. Dicha Orden obliga a todas las entidades o particulares que ocupen empleados o trabajadores a presentar en la Caja Nacional de Subsidios Familiares de la provincia, antes del día 15 de enero de 1941, una declaración jurada del personal que tengan o hubiesen tenido a su servicio durante el mes de diciembre de 1940”.

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