Operación remontada exprés. La frase “agarrarse a un milagro” es muy frecuente escucharla como un concepto muy inusual, que parece sobrenatural en hechos que suceden en la vida. Y siempre aparece para concretar cualquier consecuencia beneficiosa y poco probable, pero nunca contraria como sobrevivir a una situación extrema al que conduce un determinado tiempo que se agota en el límite de probabilidades. El Recreativo y el Linares Deportivo se abrazan como destino común hasta el final a esta posibilidad algo extraordinaria en el ámbito deportivo. Es decir, el Decano alcanzar la quinta posición (cuatro puntos por abajo) y el equipo jiennense salvarse del descenso tras seis partidos sin ganar y a seis puntos del reto.
La predisposición de la mente en salvar obstáculos cada jornada llega al estado de ansiedad frente a la velocidad del tiempo que resta. El vestuario recreativista se alía mediante la promesa de que en el fútbol todo es viable mientras no indique lo contrario las matemáticas, una práctica habitual de todos los equipos de conectarse a los números. El estado de agitación del Recreativo frente a la aceleración del tiempo menguante para frenar la zozobra del ánimo.
El único plan a la vista es la ganancia de las cinco finales, pero si se pierde la primera, ya no quedan más. Y si se consigue el pleno, a esperar dos pinchazos de la AD Ceuta, que lleva ocho jornadas invicto (siete victorias y un empate) desde su derrota hace dos meses en Huelva que le alejó nueve puntos del Decano. Abel Gómez saca del baúl de los recuerdos su etapa reciente en Rayo Majadahonda que cambió la dinámica en los cuatro últimos partidos ganados para espantar la radical opinión negativa con 15 puntos en juego. El deseo de seguir aupado al sueño de un equipo descentrado: siete de las ocho tarjetas ante el Atlético Sanluqueño fueron por protestar. Eso sí, mientras hay vida, también hay esperanza y la fe nunca se pierde.
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