Solemnidad del corpus | el cardenal amigo arropa la tradicional festividad

Un Corpus histórico en una tarde imperfecta

  • La procesión eucarística contó con la presencia excepcional del cardenal Amigo Vallejo pero tuvo que lidiar con el fuerte viento de Levante que azotó la ciudad

Fue un Corpus minuciosamente planeado para ser perfecto, para ser la culminación del trabajo impulsado desde hace más de cinco años por la comisión que acudió al rescate de una solemnidad que naufragaba desde hacía una década en el olvido, que había perdido su señas de identidad, al público en la calle, a los militares en el cortejo... y hasta la típica alfombra de romero que se esparcía por la calle.

Fue un Corpus que hizo historia con la presencia excepcional del popular cardenal Amigo Vallejo, un príncipe de la Iglesia procesionando tras el modesto paso de la Custodia isleña conducido a ruedas: lo nunca visto en San Fernando. Era, pretendía ser, el colofón de ese intenso trabajo realizado en estos años -eso es indiscutible- por el Arciprestazgo y el Ayuntamiento para devolver el Corpus a su gloria de antaño. Con sus representaciones militares que ayer encabezó el almirante de la Flota, con la Corporación Municipal bajo mazas y, por supuesto, con la vistosa imagen de los niños de primera comunión y con las siempre fieles hermandes y cofradías de la ciudad. Pero tanto esfuerzo, tantos preparativos, tanto protocolo y organización tuvo que lidiar con una tarde desapacible, con la levantera que azotó con fuerza durante todo el día a la ciudad y que sopló con rachas que llegaron a superar los 80 kilómetros por hora.

Y el viento, evidentemente, deslució y restó público de la calle en una tarde que debería haber sido realmente especial, que no estuvo a tono con un gran Corpus. Impidió incluso que se montaran algunos altares, como el que tenía previsto instalar la archicofradía de Medinaceli. Y obligó a refugiar en la capilla del colegio de La Salle a la nueva imagen de Santa Teresa que la hermandad del Carmen bendijo ayer mismo y que tenía previsto colocar en el gran altar del atrio del Ayuntamiento.

En el clásico recorrido de la procesión eucarística solo se pudieron ver los altares que montaron Servitas, Nazareno y Misericordia. El tema sigue siendo una de las asignaturas pendientes que arrastra la solemnidad, al igual que los exornos a lo largo del céntrico itinerario, a pesar del afán de la comisión organizadora por potenciar esta faceta a través de iniciativas como el concurso que se ha puesto en marcha.

Aún así, la festividad del Corpus se las apañó para brillar en el centro de la ciudad y para poner de manifiesto que esta tradición religiosa ha superado con creces esa crisis que hace diez años hizo a muchos dar la voz de alarma. Le ayudó que el viento, a esas últimas horas de la tarde, amainó algo y bajó de intensidad, lo que contribuyó a que más isleños se echaran entonces a la calle. A la recogida, a las nueve y media, se notó una mayor presencia de público.

Por su parte, el cardenal Amigo -un viejo conocido de La Isla- hizo gala nuevamente de sus mejores e inigualables dotes retóricas en una homilía de marcado carácter social en la que lanzó un oportuno mensaje al hablar del paro "que pesa como una losa y roba la esperanza" y del hambre que afecta a tantos "y que nos estremece". "La mejor obra de caridad que se puede hacer hoy en día es crear un puesto de trabajo", advirtió al recordar también en el Día de la Caridad, que se celebra en la festividad del Corpus, la incesante labor que hacen las Cáritas parroquiales. Aunque eso sí, apuntó, "se nos caería la cara de vergüenza de presumir a costa de los pobres". "La credibilidad de la Iglesia nunca va a venir por los aplausos a la labor que realiza sino por su fidelidad al amor de Cristo", matizó durante el pontifical que se celebró en la Iglesia Mayor.

Solucionar esos problemas que aquejan a la sociedad de hoy -advirtió también- son "los milagros que nos toca hacer a nosotros". "A los parados, a los pobres, a los enfermos, a los indiferentes... Dios los pone a tu lado para que les ayudes", espetó a los fieles.

Reflexionó también el cardenal acerca de la aconfesionalidad del Estado, "que no es sino la garantía de la libertad religiosa". Y como ejemplo puso a la tradicional procesión del Corpus en estos tiempos. "Seríamos unos egoístas si lo que celebramos en el altar no lo lleváramos luego también a la calle, a la familia, si no lo compartiéramos", justificó.

Cerca de las ocho de la tarde se puso en camino el largo cortejo de representaciones que acompaña al paso de la Custodia en su recorrido por la ciudad, en el que de nuevo procesionaron las imágenes de la Patrona, la Santísima Virgen del Carmen, y del Patrón San José. Eso sí, ambos lo hicieron sin acompañamiento musical alguno, algo que muchos isleños se resisten a comprender.

En el paso del Carmen, que a primeras horas de la mañana fue trasladado en rosario de la aurora, se estrenó la cuadrilla de José González García tras la reciente ruptura de la hermandad con la asociación de Jóvenes Cargadores Cofrades (JCC).

También, la procesión del Corpus volvió de nuevo a contar con las tradicionales y vistosas representaciones militares. En los actos estuvieron presentes, entre otras autoridades, el almirante de la Flota, Santiago Bolíbar; el almirante de apoyo logístico de la Bahía, Vicente Querol; el comandante general de Infantería de Marina, Jesús Manuel Vicente Fernández; y el general del Tercio de la Armada, Javier Hertfelder. También escoltaron al paso de la Custodia sendas compañías de Infantería de Marina y la unidad de música del Tercio Sur.

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