San Fernando

San Fernando toca poco su callejero: cuatro cambios de nombres en 7 años

Rotulación de la antigua calle Maldonado con el nombre del escultor Alfonso Berraquero, en 2017.

Rotulación de la antigua calle Maldonado con el nombre del escultor Alfonso Berraquero, en 2017. / Román Ríos (San Fernando)

A diferencia de otras localidades, San Fernando no es nada proclive a cambiar el nombre de las calles. Las variaciones que se han registrado en el nomenclátor a lo largo de los últimos años se pueden contar con los dedos de una mano.

Esta semana se han conocido los planes del Ayuntamiento isleño para rebautizar la calle Héroes del Baleares, que pasará a llamarse Juan Rivero en homenaje al autor carnavalero. Sin embargo, hace 7 años de la última modificación que se hizo en este sentido: cuando se dedicó al escultor Alfonso Berraquero (fallecido en 2016) la antigua calle Maldonado, en pleno barrio de la Pastora.

Y aquello tuvo su miga, porque entonces Podemos y su grupo municipal Sí se puede, Izquierda Unida, el Ateneo Republicano y Memorialista de La Isla, la delegación local de la Asociación Pro Derechos Humanos y la organización juvenil nacionalista Jaleo se opusieron a que se retirara el nombre del antiguo comunero castellano que se enfrentó a Carlos V.

El Ayuntamiento salvó la situación con otro cambio de nombre que se hizo en paralelo y que llevó a rebautizar Héroes de Simancas –cuya dedicatoria hacía alusión a los militares sublevados a favor del alzamiento franquista en este cuartel de Gijón en 1936– como Maldonado, con lo que dicha referencia no se perdía en el nomenclátor. 

Eso fue en 2017, la misma fecha en la que el Pleno aprobó también el cambio de nombre del parque Sacramento por el de Camarón de la Isla, denominación que no ha tenido efecto alguno en la práctica y que tampoco sentó bien en algunos círculos al implicar la desaparición de un topónimo con 300 años de historia. A la postre, en todo caso, nadie se refiere a este espacio hoy día con el nombre del célebre cantaor flamenco. Se le sigue llamando Sacramento. 

Ese mismo año, en cumplimiento de las leyes de memoria histórica, la Corporación Municipal aprobó también eliminar el nombre de la calle Ricardo Isasi, en La Casería, que pasó a llamarse Profesora Matilde Vez García.

Y también se acordó algo que todavía hoy desconoce la mayoría de los isleños: dar a la segunda rotonda de la avenida Constitución el nombre de Padre Damián de Molokai en reconocimiento a la labor de la congregación de los Sagrados Corazones.

Son los últimos cambios que se han aplicado en el callejero. Poca cosa en realidad: cuatro nombres –las calles Alfonso Berraquero, Matilde Vez, Maldonado y el parque Camarón– en 7 años. A ellas se sumaría la rotonda del Padre Damián, si bien en este caso la glorieta no tenía denominación anterior. 

Tanto el gobierno actual como sus precedentes en la Alcaldía han tenido como norma evitar las complicaciones –y polémicas– que suelen acompañar el cambio de rotulación de calles. Aunque han encontrado otra fórmula para cumplir con las peticiones ciudadanas que llegaban en este sentido: añadir al parque del Oeste el 'apellido' del atleta Rafael Carmona Paez, dedicar la pista de skate de Camposoto a Javier Muñoz 'Murdoc' o rotular el nuevo pabellón deportivo de la barriada con el nombre de Enrique Márquez Muñoz.

Exactamente lo mismo que ahora se pretende hacer al dedicar el pabellón de Bahía Sur a Manuel Prado.

¿Llamarse La Isla o San Fernando?

Más debate que el cambio de denominación de una u otra calle ha tenido en la localidad la cuestión del nombre de la ciudad: eso de volver a llamarse La Isla o mantenerse con la designación de San Fernando. La formación política Izquierda Unida ha propiciado la controversia en más de una ocasión durante los últimos años e incluso ha recogido firmas en la calle para recuperar la denominación de siempre –la de La Isla– en lugar de San Fernando, que es el nombre que lleva desde 1813 en honor a Fernando VII.

Cierto es que el tema, que viene de largo, incide en una espinita que muchos ciudadanos tienen clavada desde hace tiempo. Pero el debate, por muy llamativo que resulte siempre, tiene poco recorrido en la práctica y ni siquiera forma parte de la agenda política del Ayuntamiento. Porque además en la práctica coexisten pacíficamente y sin problemas ambas denominaciones, la histórica y la oficial. Por cierto, que en 1998 el PSOE llevó incluso el tema a pleno para su votación y fracasó a pesar de que en aquellos momentos gobernaban con el PA, que no apoyó la propuesta.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios