La ampliación del complejo comercial de Bahía Sur se hará esperar todavía varios años más. El difícil momento económico actual ha llevado a que prácticamente ni se hable de este polémico proyecto desde finales de 2008. Las negociaciones se han enfriado, aunque la idea no se da por perdida del todo y se confía en que, a largo plazo, pueda dar resultados.

La idea de Rodamco -la empresa que se encarga de gestionar el centro comercial de Bahía Sur- era afrontar una importante ampliación de sus instalaciones hacia la zona que actualmente y desde hace más de treinta años ocupan los terrenos del club social La Salina.

Para ello contactó con Protinsa, la sociedad propietaria del suelo sobre el que se asientan estas instalaciones deportivas y de ocio, con la idea de alcanzar un acuerdo que hiciera posible sus planes de expansión en la ciudad. Prentendía con esta ampliación reforzar su carácter de centro comercial de referencia en la Bahía de Cádiz frente a la progresiva proliferación de nuevos espacios comerciales en el entorno. El crecimiento del complejo lo reforzaría y haría más competitivo al poder aumentar y diversificar la oferta comercial, hostelera y de ocio que brindan estas instalaciones.

Fue a principios de 2008 cuando trascendió la oferta que la gestora europea de centros comerciales había realizado a la directiva de Protinsa para acometer dicha ampliación sobre el suelo en el que actualmente se asienta el club social. Además del precio ofertado para el suelo -hasta diez millones de euros más los gastos de la operación, según se dijo en su momento- se añadía también como contraprestación la reconstrucción del club en otra zona colindante -conocida con el nombre de El Tiro, que abarca una superficie de unos 8.000 metros cuadrados- y que también es propiedad de Protinsa pero que no se utiliza.

El propósito de Rodamco era extender la galería comercial hasta los 27.000 metros cuadrados que ocupan las instalaciones lúdicas y deportivas del club La Salina y los 15.000 que ya están cedidos al complejo para viales y aparcamientos. La supresión de estas plazas se solucionaría con un aparcamiento subterráneo de nueva factura que se ejecutaría bajo los nuevos espacios comerciales.

Pero la oferta que Rodamco hizo a Protinsa no fraguó, si bien ninguna de las partes interesadas dio por zanjadas las negociaciones. De hecho, las conversaciones continuaron a lo largo de 2008. Pero hace meses que la situación se ha enfriado y, aunque no se descarta la ampliación, ésta, si llega, será a largo plazo.

En la última asamblea de socios de Protinsa se abordó de nuevo la cuestión, si bien desde otro punto de vista. Lo que se expuso en este encuentro fue la situación en la que queda el club y todo el terreno que es de su propiedad en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que depende tan sólo ya de su aprobación definitiva.

El Plan deja la puerta abierta a cualquier opción al delimitar un ámbito que se desarrollará a través de un plan especial, una figura urbanística que permite que el Plan se desarrolle sin depender de la marcha de las negociaciones y, al mismo tiempo, posibilite cualquier propuesta de ampliación.