Los seguros de vida cubren dos tipos de riesgo: la muerte y la incapacidad. Frente al eventual caso de un fallecimiento o de una incapacidad sobrevenida, el seguro de vida protege al asegurado o a sus familiares, de modo que estos no sufran un menoscabo económico derivado de la materialización del riesgo cubierto. De esta forma, el seguro de vida cubre al asegurado, sus familiares y allegados ante los eventos más indeseables que pueden ocurrir, como son la muerte o la incapacidad.

Nada nos libra completamente del riesgo. Por ejemplo, en Andalucía ocurrieron 102 accidentes laborales con resultado de muerte en 2020, según los datos de UGT. La provincia más afectada fue Sevilla, con 27 accidentes mortales, más de una cuarta parte del total. Cuando esto ocurre, no hay consuelo. Evidentemente, nada puede reparar la pérdida de un ser querido, pero los seguros de vida contribuyen a minimizar al menos el impacto económico, de modo que sus familiares puedan afrontar económicamente esas circunstancias complicadas.

Como todos los demás seguros, los seguros de vida son una forma de colectivizar económicamente las pérdidas derivadas de un evento dañoso. Cuando sufrimos una avería en casa o un accidente de tráfico, el coste puede ser cuantioso, lo que podría dejarnos en una situación financiera comprometida, de tener que abonarlo en solitario. Para eso existen los seguros de coches o seguros del hogar. Y de la misma forma que estos, los seguros de vida sirven para proteger a las personas, a sus seres queridos y a su patrimonio.

Su funcionamiento es sencillo. En una póliza de seguro, la entidad aseguradora se obliga a indemnizar un daño o pagar una cantidad en el caso de que se produzca un siniestro cubierto. Por su parte, el asegurado se compromete a pagar una prima, que es el precio del seguro. Además, existen algunos seguros de vida con ahorro garantizado, de modo que que combinan el seguro con un plan de ahorro.

La mala fama de los seguros de vida bancarios

A pesar de que se trata de un servicio de indudable utilidad social, los seguros concentran muchas quejas de consumidores y usuarios. Durante años, algunas aseguradoras y bancos se han dedicado a aplicar primas muy caras, para luego escudarse en argumentos formales y legalismos derivados de la redacción de la póliza para evitar el pago de la indemnización. Esto ha generado al sector cierta mala fama.

Afortunadamente, ya hay entidades que han decidido cambiar esta situación, como? ofreciendo seguros de vida con un precio un 30% inferior al que pagan los Clientes en sus bancos. Esto es posible porque se trata de aseguradoras nativas digitales, de modo que pueden abaratar esos costes mediante el uso intensivo de la tecnología.

Coventia es una agencia de suscripción con sede en España y respaldada por una de las aseguradoras líderes en la península ibérica. Como cualquier otra aseguradora, está sometida a un mercado regulado, inscrita y supervisada por la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones. El hecho de ser una aseguradora enteramente digital permite a Coventia aplicar unos procesos de gestión más eficientes que algunas aseguradoras tradicionales o que las aseguradoras vinculadas a los bancos, obteniendo unos márgenes más ajustados y justos.

Además de un abaratamiento en los costes, la digitalización tiene otra ventaja: la simplificación de los trámites y el proceso de contratación, en beneficio del consumidor. Coventia ofrece la contratación online o por teléfono, y solo necesita el recibo del seguro anterior para ofrecer un seguro de vida. A diferencia de otras aseguradoras, no es necesario realizar un cuestionario de salud con lo que no se podrán aplicar preexistencias y además al contrario que gran parte de los seguros de la banca cubre los siniestros provocados por la Covid-19.