No es habitual que un pleno municipal lo presida la unanimidad. Quizás como excepción, ojalá que como ensayo de otros más efectivos que estén por venir, el plenario municipal del Ayuntamiento de Cádiz aparcó esta mañana diferencias y colores políticos, al menos en las formas, para homenajear al primer alcalde del actual periodo democrático, Carlos Díaz, fallecido el pasado domingo a los 88 años. Un pleno extraordinario y urgente con menos público del que cabía esperar y en el que se anunció el acuerdo unánime de los tres grupos municipales para iniciar el expediente administrativo que desemboque en el nombramiento de Carlos Díaz como regidor honorario de la ciudad de Cádiz: lo que viene a ser, aunque la perpetuidad no aparezca en el título, un alcalde para siempre.

Fue el alcalde de la capital gaditana, Bruno García, quien anunció tras el protocolario minuto de silencio el esperado consenso para dar a Carlos Díaz el lugar honorífico que se merece como alcalde de Cádiz en época tan novedosa y limitada.

Cierto es que fue en su conjunto un acto muy protocolario, como corresponde a un pleno municipal pero, quizás, en exceso. Apenas hubo momentos en los que se rompió el rigor plenario, que quedó aparcado en la personal y emocionada intervención de Santiago Laz, secretario de Carlos Díaz en el Ayuntamiento, quien aportó al acto unas breves pero certeras palabras sobre el desaparecido alcalde pronunciadas desde un sincero afecto personal: “Puedo decir que lo aprecié y lo admiré”.

Más sinceras sonaron aún sus reflexiones y recuerdos de Carlos cuando se refirió a su conocida y tantas veces alabada sencilla forma de ser: “Nunca conocí a nadie tan honesto y tan austero. Exasperante de austero; era tremendo”.

Santiago Laz recordó que Carlos Díaz fue “un hombre apasionado por su ciudad”, al tiempo que reconoció que junto a él había vivido “la mejor experiencia profesional y humana” de su vida. Laz se mostró convencido de que la figura de Carlos Díaz perdura en Cádiz, de manera tangible, más allá de la memoria colectiva ciudadana. “Carlos no se ha marchado... Está en todo lo que hizo por Cádiz”.

También desde el plano personal, porque también fue su sectario en el Ayuntamiento y amigo, fue el discurso de Ignacio Moreno. Más prolijo en datos, fechas y situaciones concretas del mandato de Carlos Díaz en la Alcaldía gaditana, Moreno se remontó incluso a la algo rocambolesca génesis que aupó al posterior alcalde a encabezar las listas de un Partido Socialista que en aquel momento tenía varios aspirantes para una candidatura en la que el nombre de Carlos Díaz no apareció hasta que se hizo necesario el consenso.

“Tres cualidades descubrí en su personalidad mientras estuve a su lado: honestidad, austeridad e independencia partidista”, dijo Ignacio Moreno antes de recordar el tirón popular del ya alcalde y su desapego con el aparato socialista.

“Cádiz pierde un buen ciudadano, pero nos queda el recuerdo de un alcalde ejemplo de honestidad, señorío, elegancia y caballerosidad. Amigo de sus amigos. Yo pierdo a una persona especial que con su buen ejemplo me impregnó el camino de la austeridad personal, el recto comportamiento y la justa administración en los asuntos de la ‘res publica’”.

Como corresponde a un pleno municipal, el alcalde fue dando el turno de palabra a los portavoces de los tres grupos con representación en San Juan de Dios, que ofrecieron discursos breves y directos lo que contribuyó a hacer el acto más ligero.

David de la Cruz, por Adelante Izquierda Gaditana, destacó que Carlos Díaz, fruto de la época en la que le tocó ejercer de alcalde, “tuvo que imaginar el municipalismo cuando no había nada por lo que guiarse”. Como ya hizo públicamente el día de su fallecimiento, De la Cruz destacó también el carácter austero de Díaz y, sobre todo, su “concepción de la política como servicio público”.

Referencia también a los colegios públicos abiertos en la etapa de Carlos Díaz, en contraste con los centros que se cierran en la etapa actual, y un mensaje final acerca de sum figura. “Nunca muere quien permanece en la memoria de un pueblo. Carlos Díaz se queda a vivir en la ciudad de Cádiz”.

El portavoz socialista, Óscar Torres, agradeció la plural asistencia al acto en homenaje a Carlos Díaz y tuvo palabras de aliento para su familia, a la que anteriormente Ignacio Moreno excusó su presencia en el salón de plenos debido al “desgaste emocional” vivido.

Quiso Torres también resaltar las cualidades personales y políticas de quien un día fue alcalde de Cádiz durante 16 años por las siglas de su partido: “Destacó por su honradez, su austeridad, su capacidad de diálogo, su educación... Carlos Díaz fue una buena persona y un buen alcalde, que cogió una ciudad en blanco y negro y que pasó al color con escasos recursos; sentó las bases de la ciudad que hoy conocemos”.

Maite González fue la encargada de hablar por el Partido Popular. Resaltó el “aprecio y respeto” que Carlos Díaz tuvo por todos los miembros del arco plenario, al entender que “enfrente hay adversarios políticos, pero no enemigos”. Dijo la portavoz popular que el pleno extraordinario es un “homenaje merecido que no entiende de color político. Se hace desde la generosidad y el consenso, como a él le hubiera gustado”.

Cerró el acto el alcalde Bruno García que también se refirió al “respeto, el consenso, la honestidad y la austeridad” de Carlos Díaz al frente de la Alcaldía gaditana, al tiempo que destacó la gestión que hizo con la falta de medios que presidió su época como regidor. Pese a ello, reconoció García, fue capaz de “poner los cimientos de la ciudad actual. Su huella serás eterna porque por la ciudad hay parte de su obra”.