Hace veintiséis años, el 22 de octubre de 1997, fue noticia, y así lo recogió Huelva Información, una oleada de robos en el santuario de la Cinta, en la capital onubense. Estos se sucedían continuamente y la hermandad mostró su preocupación tanto por estos como por los destrozos ocasionados, por lo que pidió una mayor colaboración tanto del Ayuntamiento de Huelva como de la Subdelegación.

Los últimos robos se cometieron en el almacén, ubicado en los jardines, de donde se llevaron los motores de agua y una motosierra, destrozando para ello las puertas. Cuarenta y ocho horas después la hermandad repuso las puertas, colocando unas de hierro, y esa madrugada se llevaron una de ellas, además de cables y herramientas.

En el interior del tempo, robaron el dinero de los cepillos y de las velas. Ante esto hubo que reforzar las medidas de seguridad en la edificación. La hermandad también lamentaba que los jardines se estaban deteriorando debido a la presencia, los fines de semana, de jóvenes de "la movida", algunos de los cuales se dedicaba a realizar pintadas.