Cádiz CF

El Celta no falla y sentencia a un Cádiz CF condenado al descenso

Un acción del partido Celta-Villarreal.

Un acción del partido Celta-Villarreal. / Salvador Sas/Efe

Las últimas esperanzas del Cádiz CF en su atormentada pelea por la permanencia pasaban por el partido entre el Celta de Vigo y el Villarreal que se disputaba en la sobremesa del domingo 5 de mayo en el estadio de Balaídos. Al conjunto amarillo le interesaba una derrota del cuadro gallego para continuar a cinco puntos de la 17ª posición, pero sucedió todo lo contrario.

El Cádiz CF estaba a la espera de que el Villarreal le echase un cable de manera indirecta, aunque el equipo castellonense se vio con el inconveniente de tener que jugar buena parte del partido con un futbolista menos por una expulsión. Pese a que los visitantes se adelantaron en el marcador, la inferioridad numérica le acabo pasando factura y el Celta se hizo con una victoria con la que dio un paso casi definitivo para la salvación. Los jugadores y la afición lo celebraron a lo grande.

El conjunto gaditano quedó sentenciado a bajar a Segunda División tras el triunfo de los vigueses. No se mueve de la 18ª posición con 26 puntos que son del todo insuficientes para aspirar a algo que no sea la caída a la categoría de plata. Se ha ganado a pulso el castigo que supone abandonar la élite del balompié español.

El Celta deja de ser el rival de referencia porque, con los 34 puntos que atesora, tiene ocho más que los amarillos a falta de los 12 que restan por disputarse en las últimas cuatro jornadas de Liga. Los gallegos han ido a más mientras los gaditanos se han atascado sin solución.

El Cádiz CF está condenado a bajar salvo un milagro que parece poco probable. El adversario que está más cerca es el Mallorca, ahora inquilino de la 17ª plaza con 32 puntos, seis más que los amarillos que en realidad son siete porque el 'goal average' general (están empatados en el particular) favorece a los bermellones. Los enfrentamientos entre ambas escuadras se resolvieron las dos con 1-1.

La situación del equipo entrenado por Mauricio Pellegrino es agónica. El Cádiz CF sobrevive con respiración asistida. Sólo un giro sorprendente en los últimos cuatro capítulos del campeonato puede impedir el descenso. Para evitarlo, está obligado a sumar al menos siete puntos más que el Mallorca o nueve más que el Celta. Una misión de apariencia imposible.

El único camino del Cádiz CF es ganar y esperar que fallen los demás. A estas alturas es muy complicado que se unan las dos circunstancias. Depende mucho de sus rivales directos y además demuestra que no es capaz ni de hacer su propia tarea. El descenso ya es una cuestión de las matemáticas. A partir de ahora, el retorno a Segunda puede quedar confirmado en cualquier momento.

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