Críticas a la gestión de las pruebas de diagnóstico que esta semana han realizado unos 20.000 alumnos de Granada de cuarto de Primaria y cuarto de la ESO, contempladas en la nueva ley educativa, la Lomloe, y que comenzaron el pasado martes pese a que se habían filtrado las preguntas. Además, los docentes afean que sean ellos los que tengan que corregir los exámenes, un trabajo extra que deben encajar durante su horario lectivo dado que las pruebas no pueden salir del centro.

Desde Asadián, sindicato que representa a directores de colegio es instituto, se hizo público un comunicado en el que mostraron su "más enérgico rechazo a la filtración producida y a quienes lo han propiciado".

"No sólo intentan boicotear las mismas, sino que boicotean el trabajo y esfuerzo del profesorado, del alumnado y de los equipos directivos, que hemos estado implicados en el proceso", señala el comunicado. Desde Asadipre, la asociación que representa a los directores de colegio y residencias escolares, su presidente en Granada, Luis Pinto, añade que quien haya filtrado las pruebas "ha hecho un flaco favor" al sistema.

Estas evaluaciones que prevé la Lomloe y que se estrenan este curso "pretenden pulsar" lo que ocurre en las aulas, "no crear rankings", defiende Pinto, que es también director del CEIP Fuentenueva de Granada.

"No todo vale para luchar cuando se está en contra de algo, y lo que ha sucedido con la filtración, no va sólo contra la Consejería, sino que va contra toda la comunidad educativa, haciendo recaer sospechas sobre responsables de centros, menospreciando el esfuerzo del alumnado, y burlándose del trabajo del profesorado que realiza y corrige estas pruebas", añade Asadián.

Además de la polémica filtración, los directores apuntan a otra cuestión, el "incremento brutal de la carga trabajo de los equipos directivos, y, sobre todo, del profesorado encargado de la corrección y grabación en el sistema informático Séneca", añade Asadián.

Para Pinto "estas pruebas son legales, hay que hacerlas", pero "falla la forma". "No tenemos más recursos" en los centros, y la corrección ha de hacerse en horario lectivo, ya que los exámenes no pueden salir del centro.

"Cuando teníamos personal suficiente, como tras la pandemia, se podía sacar un docente del aula" porque había otro, recuerda Pinto, que denuncia la "saturación" de los profesionales.

En la misma línea se pronuncia Asadián, que ha denunciado que "la carga de trabajo que se deposita sobre nosotros desde la Administración es excesiva, y que, si se quiere que el profesorado realice ese trabajo que consideramos incluso abusivo, exigimos que se compense con una retribución extra acorde al trabajo realizado".

Desde Asadián se pide a la Consejería que tome medidas para que no se repita la filtración. Luis Pinto, además, aboga por una reunión con la Administración para dar a conocer el punto de vista de los directores y fórmulas para mejorar la gestión de las pruebas. Desde la Delegación de Educación no se entró a valorar estos pronunciamientos.

Esta evaluación que finalizó este jueves tiene como objetivo verificar el dominio de las competencias en comunicación lingüística, específicamente en lengua castellana y literatura, primera lengua extranjera y matemáticas por parte del alumnado.