Los vecinos de El Palo han vuelto a salir a las calles este jueves para mostrar su repulsa contra la construcción de una gasolinera low cost en la zona de La Pelusa. Una acción de protesta que llevan desempeñando tenazmente desde hace más de tres años. Y que pretenden seguir realizando con vistas a "dilatar el máximo posible los plazos", toda vez que Petroprix, la compañía que encabeza el proyecto, ya cuenta con la licencia de obras necesaria para iniciar los trabajos de construcción por parte de la Gerencia de Urbanismo. 

Pese a todo, los vecinos han presentado documentación nueva y alegaciones ante la calificación ambiental del proyecto (aún pendiente). Además de realizar una concentración en el centro neurálgico del barrio, en la plaza Demófilo Peláez, para escenificar de nuevo su rechazo. En la que, aprovechando la efeméride, han mostrado montajes fotográficos del cuadro de Goya Los fusilamientos del tres de mayo, esta vez, manguera en mano. 

Hasta la fecha, los vecinos han fundamentado su negativa a la estación de servicio en el "peligro por la cercanía de las casas", la presencia de "varios talleres de carpintería metálica", "el efecto en la salud del benceno" (un químico potencialmente cancerígeno presente en los carburantes) o "la devaluación de nuestras viviendas", entre otros. 

"Pondremos todos los medios que tenemos a nuestro alcance para frenar la gasolinera", afirma la presidenta de la asociación de vecinos de La Pelusa, Inmaculada De la Torre, que no descarta ir a los tribunales iniciando un recurso contencioso-administrativo habiendo extinguido ya otras vías. 

La manifestación, este jueves, en la plaza Demófilo Peláez.

"Nos sentimos traicionados", apunta al respecto la presidenta vecinal, ya que los datos de más de 3.000 vecinos firmantes entregados al Ayuntamiento fueron a parar a las manos de la propia Petroprix, lo que ha propiciado la apertura de un procedimiento sancionador hacia el Consistorio por parte del Consejo de Transparencia y Protección de Datos ante un posible incumplimiento de la ley. 

Sea como sea, la acción de los vecinos va más allá de sus propios intereses, ya que "de construirse puede servir de precedente para que ocurra lo mismo en otros barrios de Málaga", asegura. 

También los grupos municipales de la oposición se vienen pronunciando sobre este asunto desde el comienzo. Uno de los últimos movimientos en este sentido ha sido la presentación de alegaciones por parte de Con Málaga para "paralizar de forma tajante la autorización de la gasolinera que pretende aprobar el PP ya que no es viable el visto bueno ambiental favorable al suponer un claro riesgo a la seguridad y el derecho a la salud de las vecinas y vecinos de La Pelusa", en palabras de la portavoz del grupo, Toni Morillas. 

Mientras que desde el PSOE, el concejal Mariano Ruiz, responsable en este grupo del área de Urbanismo y del distrito Málaga Este, volvió a pedir hace unos días al Gobierno local que "dé marcha atrás a la construcción" junto a cientos de viviendas, en algunos casos a menos de diez metros, “y que va a entrañar que muchas familias respiren sustancias contaminantes en sus casas durante todo el día”. Asimismo, insistió en que “tanto Ayuntamiento como Urbanismo recaen en un procedimiento erróneo”, puesto que “han concedido licencia al promotor de la obra sin tener en cuenta el impacto que tendrá para la salud de las personas que vivirán junto a ella” en calle Potosí, en esta barriada del distrito Este.