Desarrollo turístico de la provincia

Costa Ballena Chipiona, el paraíso de las grúas

Hasta ocho grúas, trabajando al mismo tiempo en la parte chipionera de Costa Ballena, en una imagen del pasado lunes.

Hasta ocho grúas, trabajando al mismo tiempo en la parte chipionera de Costa Ballena, en una imagen del pasado lunes. / Julio González

Avenida de la Música. Ese es el nombre que se le puso a la vía principal de acceso a la parte chipionera de Costa Ballena, y en ella confluyen calles como Beethoven, Mozart o Turina. Pero posiblemente nadie protestaría si para los próximos meses, y aunque fuera sólo con carácter provisional, esa arteria principal pasara a llamarse por ejemplo la Avenida de la Hormigonera, a la que confluyeran calles como la del Cemento, la Excavadora o el Ladrillo. Y es que desde hace unos meses este enclave turístico de la provincia se ha convertido en el epicentro del sector de la construcción porque allí se levantan al mismo tiempo varias promociones de viviendas turísticas y hasta tres hoteles en primera línea de playa. Costa Ballena Chipiona es ahora mismo el paraíso de las grúas. Y no es una exageración.

Bajando desde la Avenida de la Música en dirección a la playa vemos cómo a la izquierda la empresa Seinsa levanta Jardines de Majadales, un conjunto de 145 viviendas de dos y de tres dormitorios que está justo al lado de Jardines del Infante, también de Seinsa y que fue una de las promociones pioneras que vieron la luz en este extremo norte de Costa Ballena hace aproximadamente dos décadas, antes de que el estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis económica lo frenara todo.

Justo enfrente de los Jardines de Majadales, y sin salir de esta Avenida de la Música, la construcción de otra promoción de viviendas turísticas está en pleno apogeo. En este caso es Acciona quien está levantando Natura Costa Ballena, compuesta por apartamentos de dos y de cuatro dormitorios.

Pero este efecto contagio no para ahí. Porque muy pocos metros hacia abajo, más cerca de la playa, el grupo Amenábar levanta dos complejos turísticos que están ya muy avanzados, el Sea Costa Ballena y el Ocean Costa Ballena, que se publicitan como viviendas de dos y tres dormitorios junto a 25.000 metros cuadrados de espacios verdes.

Y ya a pie de playa, y aunque aún en una fase embrionaria de las obras, empieza a haber movimientos de tierras en las tres parcelas hoteleras que llevaban décadas convertidas en eriales y que ya tienen dueños. En concreto, el grupo Soluciones levantará en este enclave costero dos hoteles de cinco estrellas que sumarán más de 600 habitaciones. Y la cadena hotelera Best trabaja ya en la construcción de un hotel de 420 habitaciones dobles que se levantará muy cerca de otro hotel de su propiedad, el Best Costa Ballena, de cuatro estrellas, con 456 unidades de alojamiento y que abrió sus puertas en julio de 2018.

Buena parte de culpa de que el relanzamiento turístico de Costa Ballena Chipiona sea una realidad hay que dársela a esta cadena Best, porque cuando vinieron mal dadas por la crisis económica aguantó el tipo como pudo, no se marchó de esta zona –como sí hicieron otras cadenas hoteleras– y tiró de valentía al decidirse a principios de 2017 a levantar este resort dedicado principalmente al turismo familiar.

Ninguno de los tres hoteles programados en las parcelas vacantes estarán concluidos este año. A ver si pueden estarlo a lo largo de 2025 o, más seguro quizás, en 2026. Pero sí se cuenta con que estén para el verano, es decir, a muy corto plazo, algunas de la promociones de viviendas antes mencionadas, aunque no todas. Ello le daría aún más vida a un enclave, el de Costa Ballena, que tiene residentes todo el año, es verdad, pero que no son la mayoría. Y es que este complejo turístico está sustentado sobre todo en viviendas de segunda residencia, con sevillanos, madrileños y vascos como propietarios principales.

Según las cifras que baraja el Ayuntamiento de Chipiona, en la parte de Costa Ballena incluida en su término municipal está proyectada la construcción de 1.670 viviendas. De ellas ya están finalizadas unas 870, es decir más de la mitad, mientras que hay en ejecución otras 500. Quedarían algo menos de 300 que o no tienen aún licencia de ejecución o están en trámites de conseguirla.

Varios operarios, dando los últimos retoques a una de las promociones que levanta el grupo Amenábar. Varios operarios, dando los últimos retoques a una de las promociones que levanta el grupo Amenábar.

Varios operarios, dando los últimos retoques a una de las promociones que levanta el grupo Amenábar. / Julio González

Como se ve, ya no parece tan lejana la fecha definitiva en la que se completarán al fin las construcciones que estaban pendientes en esta parte chipionera de Costa Ballena que, casi desde sus orígenes, pareció convertirse en el patito feo de esa apuesta novedosa por el turismo de calidad que impulsó la Junta de Andalucía en esta esquina de la provincia de Cádiz en la década de los noventa.

Tres cuartas partes de Costa Ballena está en suelo de Rota y una en Chipiona. Entonces se diseñó esta construcción por fases, siendo la chipionera la segunda. Sin embargo, pocos años después la propia Junta ordenó reducir la edificabilidad prevista en la parte chipionera, lo que obligó a modificar el Plan Parcial, un proceso que se retrasó varios años y que lo frenó todo. No fue hasta 2003 cuando quedó constituida la junta de compensación, extendiéndose las obras de urbanización hasta 2006. En aquella fecha sólo pudieron construirse tres de los 12 residenciales proyectados, en concreto los levantados por las empresas Vallehermoso (la urbanización Mar Abierto), Conysproan (Tres Piedras) y Seinsa, con el caso ya referido de los Jardines del Infante. Todo lo demás sufrió un parón tremendo, tanto que muchas constructoras optaron por vender el suelo que tenían adquirido, y hasta la Junta y el propio Ayuntamiento sacaron a subasta las parcelas de su propiedad.

"En cinco años Costa Ballena ha cambiado como de la noche al día", dice el alcalde chipionero, Luis Mario Aparcero

De todo ello se acuerda a la perfección el actual alcalde de Chipiona, Luis Mario Aparcero, porque entonces, a mediados de los noventa, ya era el regidor, un cargo que abandonó en el año 2000 para regresar en 2019. "La situación que me encontré en Costa Ballena ha cambiado en estos cinco años como de la noche al día. Había muchos problemas, originados por la dejación de funciones de los gobiernos anteriores, y los hemos podido ir solucionando poco a poco", resume este veterano político, hoy al frente del proyecto político Unidos por Chipiona.

De las parcelas de Costa Ballena que están aún sin construir, Aparcero explica que había una de propiedad municipal que, tras salir varias veces a subasta, cayó en manos de la empresa Amenábar, que levanta otra promoción, llamada Amenábar Lagoon y compuesta por 204 viviendas en una parcela de 18.000 metros cuadrados. Sumada esta promoción al Sea Costa Ballena y al Ocean Costa Ballena, serán en total 470 las viviendas que Amenábar está impulsando en este punto de la costa gaditana.

Aparte de eso restan igualmente una parcela para usos comerciales, otra dotacional y otra deportiva que están unidas en la zona más cercana a la carretera A-491 y que se quieren convertir en una unidad de destino.

En paralelo el Ayuntamiento chipionero ha decidido ya el destino de los 887.000 euros procedentes de la junta de compensación que aún estaban pendientes y que en cuestión de pocas semanas o meses permitirán habilitar en este espacio de Costa Ballena nuevos elementos deportivos o lúdico-infantiles, eliminar charcos en los viales, reponer palmeras y los tramos de carril-bici, disponer más módulos de aseos en la playa, mejorar el alumbrado público o sustituir las pasarelas de acceso a la playa.

Y a todo eso habría que unir otras gestiones que se negocian con la Junta y que redundarán igualmente en el desarrollo de Costa Ballena, como la habilitación de un Punto Limpio presupuestado en 450.000 euros, la regeneración de la playa de la Ballena –solicitada junto al Ayuntamiento de Rota– o la culminación del desdoble de la A-491, desde la Base naval hasta Chipiona.

Todos estos pasos están dirigidos a mejorar la calidad de un enclave turístico de primer orden como es Costa Ballena y que desde hace décadas sufría un retraso en su parte chipionera que ahora, poco a poco, se va corrigiendo.

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios