Tras la multitudinaria caballería con la que el municipio andevaleño de Puebla de Guzmán dio el sábado por iniciada de forma oficial su tradicional Romería en Honor a la Virgen de la Peña, una de las más antiguas de la provincia de Huelva, la Reina del Andévalo brilló este domingo con luz propia en el Cerro del Águila, donde volvieron a repetirse un año más estampas únicas durante su popular procesión por los alrededores de su santuario, en la que fue arropada por miles de peñeros.

La Romería de Puebla de Guzmán, que se prolongará hasta este martes y que fue declarada en el año 1999 Fiesta de Interés Turístico Nacional de Andalucía, es reconocida por su impacto cultural y turístico al ser un fiel reflejo de las mejor conservadas esencias y tradiciones andevaleñas. No en vano se tiene constancia de la veneración hacia la Virgen de la Peña desde el siglo XV, siendo desde entonces una de las manifestaciones más profundas de fe y tradición de Andalucía.

La presente edición del tradicional festejo se inició el pasado 20 de abril con el pregón en honor a la Virgen, ofrecido este año por Simón Pérez Volante, quien fue asistido por Diego Jesús Macías Martín y Francisco García Hernández.

Posteriormente, en la noche del viernes, 26 de abril, tuvo lugar el solemne traslado del Simpecado. Un acto que se inició en la parroquia del municipio y que recorrió las históricas calles Misa, Larga, Moreno Carpas y Serpa, para concluir en la Casa de la Hermandad.

El sábado 27 la actividad romera se inició con la recogida de los mayordomos por la hermandad, para conformar una multitudinaria caballería que, tras recorrer las calles del municipio, emprendió un año más el camino hasta el Santuario de la Peña, en el cerro del Águila. A su llegada se ofició una santa misa seguida de una cena de romeros.

Un momento de la procesión por el Cerro del Águila

En la presente edición de la Romería, la Mayordomía -que no tiene un número fijo cada año-, está integrada por siete familias puebleñas: los matrimonios Carrasco Barba, Pérez Malgarejo, Carrasco Domínguez, Torres Gutiérrez, González Macías y Palma Núñez, además de los hermanos Cano Mora.

El domingo 28, uno de los días grandes de la Romería, la actividad se inició a primera hora de la mañana con una misa dedicada a los peregrinos de San Bartolomé de la Torre, a la que prosiguieron varias eucaristías más, destinadas a las distintas Hermandades de la Peña: Matriz, Madrid y Huelva.

Poco a poco el Cerro del Águila se fue ambientando y la solemnidad de la fiesta alcanzó uno de sus puntos culminantes a las doce del mediodía con una función religiosa, la cual dio paso una hora después a la tradicional procesión de la Santísima Virgen de la Peña, que concluyó con un fervoroso besamanos. A continuación tuvo lugar la tradicional 'comida de pobres', en la que todos los asistentes pudieron degustar un año más una tradicional caldereta.

Domingo de romería multitudinario en el cerro del Águila

Este domingo ha participado en la procesión el presidente de la Diputación de Huelva, David Toscano, quien acompañó en su caminar ante la Virgen al alcalde de Puebla de Guzmán, Antonio Beltrán, así como a los miembros de la Hermandad de la Peña encabezados por su Hermana Mayor, Ilde Gómez, y al resto de la comitiva.

Este lunes, 29 de abril, proseguirá la tradicional Romería con una misa a las 13:00 horas que estará presidida por el obispo de Huelva, a la que proseguirá de nuevo la procesión de la Virgen. Ya a las 19:00 horas, la caballería con los mayordomos recorrerá las calles de Puebla de Guzmán en una demostración de respeto y tradición.

Uno de los momentos más bonitos de la procesión se vive en la Pisá del Potro

Las celebraciones alcanzan su fin el martes 30, con la recogida de los mayordomos a las 15:00 horas, seguida por la subida de los pendones al santuario, donde se exhortará a la toma de éstos por los nuevos Mayordomos. Se trata del Sermón de Súplicas, que correrá a cargo de Francisco Feria Reviriego, párroco de la parroquia mayor de San Pedro de Huelva y canónigo maestro de ceremonias de la Catedral de Huelva. La Romería puebleña concluirá con la bajada de la caballería de la ermita al pueblo acompañando a los nuevos mayordomos, para recorrer finalmente las calles del pueblo.

UNA ROMERÍA SINGULAR

La Virgen de la Peña es la única imagen coronada canónicamente en la comarca del Andévalo, teniéndose constancia histórica de su veneración desde el siglo XV (1470), donde se fija su aparición. Las primeras referencias documentales relativas a los primeros cultos y expresiones festivas organizadas en su honor datan del año 1936.

Así, si por algo se distingue esta Romería es por la conservación de sus más arraigadas tradiciones, entre las que destaca la Danza de las Espadas que abre paso a la Virgen y que se realiza al son de la gaita y el tamboril. Por otro lado los caballistas cantan durante las noches coplas únicas en Puebla de Guzmán para acompañar la celebración. También destacan los trajes de gabachas y gabachos, que son las vestimentas que llevan los hombres y las mujeres que componen la Mayordomía de la Virgen de la Peña.

El presidente de la Diputación de Huelva (i) y el alcalde de Puebla de Guzmán, durante la procesión

Esta vestimenta se compone de una falda de terciopelo rojo o negro, con galones dorados o plateados; un corpiño ceñido de tisú o brocado con botonadura; una camisa de hilo blanca bordada en color rojo o verde; una chaqueta o casaca de terciopelo negro muy ceñida a la cadera -gabacha-; una toca blanca o cruda de tul; un sombreo negro de copa alta similar a una chistera con plumas y unas zapatillas rojas de terciopelo o brocado.

Los mayordomos de la Virgen de la Peña son elegidos el último día de la romería del año anterior, durante el Sermón de Súplicas, momento en el que se cogen los pendones y se trabaja para servir a la Peña hasta la siguiente romería.

Uno de los elementos más singulares de la fiesta son los trajes de Gabacha que lucen las mayordomas

También destacan durante la romería la gastronomía, donde sobresale la tradicional caldereta de carne que originalmente se servía a los pobres y de la que ahora disfrutan todos los asistentes; o los dulces que reparten los mayordomos durante la celebración de la romería, siendo los más singulares las rosas de miel o los roscos fritos.