"No es un bajón". Así de contundente se expresó Quique Setién ayer en la rueda de prensa previa a la cita de esta noche en Heliópolis. El entrenador del Betis indicó que lo que le faltó a su equipo ante el Espanyol fue chispa y lucidez, aunque los verdiblancos se mostraron espesos, sin ideas en la creación y muy previsibles en su fútbol. Sensaciones negativas que por un momento hicieron desaparecer las señas de identidad que los heliopolitanos mostraron en el inicio del curso, siendo sus números, hasta el momento, mejores en casa que como visitantes. Por eso, el Betis tiene hoy la oportunidad de confirmar que no existe bajón y, por tanto, que no hay motivo para la preocupación. O si por el contrario se encuentra inmerso en un bache de juego que se viene viendo en las últimas jornadas. Una cita para seguir confirmando la fortaleza en el Villamarín, alimentar la ilusión de marcharse al parón la zona europea o por el contrario, para que empiecen a surgir los temores que produce quedar en tierra de nadie. Además, una victoria sobre el Getafe permitiría a los verdiblancos sumar 19 puntos tras 11 jornadas y firmarían así uno de los mejores arranques de su historia.

Fuente: Elaboración propia. Gráfico: Departamento de Infografía

Para ello, Setién ha trabajado durante la semana con sus pupilos, haciendo autocrítica en pos de corregir los fallos que se vieron en Barcelona, sobre todo esas lagunas defensivas que siguen haciendo mella en un Betis que tiene las bajas de Francis, Feddal, Durmisi y Campbell por lesión, y en el que podría haber algunas novedades en el once con respecto al del pasado lunes. Así, hombres como Tello y Camarasa podrían tener una nueva oportunidad, mientras que en defensa Amat seguirá ocupando el puesto del marroquí y Tosca el del danés. En ataque surge la duda sobre si Setién apostará por jugar con uno o dos delanteros, como ya ha hecho en casa en más de una ocasión. Todo, con el fin de recuperar las buenas sensaciones ante un rival que tiene un estilo de juego muy marcado, con el 4-4-2 asimétrico de Bordalás, que ha confeccionado un equipo que suele jugar con las líneas juntas, que realiza una presión alta para salir a la contra y que se encuentra más a gusto sin el balón que con éste.

El Getafe afronta el encuentro con la moral reforzada después de doblegar la última jornada, con remontada incluida, a la Real Sociedad (2-1) en el Coliseum Alfonso Pérez. En ese duelo, el cuadro azulón recuperó la sonrisa ante su público y sumó tres puntos de oro que le dieron un buen empujón en la clasificación hasta situarlo en mitad de la tabla. Así, el objetivo de los getafenses es refrendar ese partido con otra buena actuación en el Benito Villamarín para lograr algo positivo que les permita seguir sumando antes del parón liguero. Para esta cita, Bordalás cuenta con la baja por sanción del lateral derecho Damián Suárez, al que podría suplir Molinero, con pasado bético. Tampoco estarán el centrocampista japonés Shibasaki, lesionado, ni Dani Pacheco, que aún no está al cien por cien de una lesión en su hombro izquierdo. De este modo, la principal incógnita en el once del Getafe dependerá de si su entrenador apuesta por un equipo más contenido, con mayor presencia de jugadores en el centro del campo, o prefiere alinear dos delanteros, en cuyo caso Ángel, sin olvidar la velocidad de Amath, que es una de las armas de los madrileños, podría entrar de inicio para formar pareja con el capitán, Jorge Molina. Éste, a buen seguro, recibirá el reconocimiento de una afición bética que volverá a responder con otra buena entrada para alentar a los suyos a lograr un nuevo triunfo que fulmine el bajón, si es que lo hay. ¿O no lo hay?