El Palquillo

Las claves de la Divina Pastora para defender la magna de Glorias en Sevilla

La Divina Pastora de Santa Marina en su procesión.

La Divina Pastora de Santa Marina en su procesión. / Juan Carlos Muñoz

La junta de gobierno de la Hermandad de la Divina Pastora de Santa Marina, cuyo hermano mayor es Andrés Martín, ha elaborado una propuesta para la celebración de una magna procesión de las Glorias de Sevilla, de cara al próximo año. La pasada semana fueron informadas los tres grandes estamentos de la ciudad que deberían avalarla: el Arzobispado, el Consejo de Hermandades y Cofradías, y el Ayuntamiento de Sevilla. Esta información fue adelantada por El Fiscal de Diario de Sevilla el pasado domingo.

Una de las cuestiones que surgen es la conveniencia de celebrar esta procesión. En este sentido, la Hermandad de la Divina Pastora sostiene que "durante los dos últimos años hemos podido percibir como el pueblo de Sevilla, y el común de los fieles de la Iglesia católica agrupados en nuestra Archidiócesis, ha añorado la celebración de manifestaciones de piedad popular en las calles", siendo la recuperación del culto externo un motivo de celebración.

La vuelta del culto externo

El "fuerte impulso" de las actividades que fomentan las hermandades y cofradías "beneficia la acción pastoral de la Iglesia, que con su magisterio guía y encamina el sentir popular para adecuarlo a la más correcta comprensión del misterio pascual y de todas las verdades que nos han sido legadas a través de la tradición y el magisterio eclesial", expone la hermandad de la calle Amparo.

Superadas las restricciones sufridas durante estos años de pandemia, señalan que "es conveniente que la ciudad se reconozca a sí misma, en su manera de ser y de entender la fe, celebrando esta procesión magna en la que, por su propio concepto y organización, más allá de los traslados de ida y vuelta de las imágenes, se va a producir un acto de oración colectiva".

Su difusión a través de las redes sociales y su incorporación a las actividades de la Archidiócesis "redundará en una mayor riqueza de las actividades que se realicen con motivo del 775 aniversario de la instauración del culto cristiano y de la recuperación de la antigua Archidiócesis Hispalense, sede de Isidoro y Leandro". Por esta citada efeméride ya ha sido aprobada por Palacio la celebración de un Santo Entierro Grande para 2023.

Desde la Archidiócesis aseguran que "todo lo que llega al Arzobispado se estudia" y que "será el Consejo Episcopal quien tenga la última palabra para autorizar o no la celebración de esta procesión magna", en declaraciones del Delegado Diocesano de Hermandades y Cofradías de Sevilla, Marcelino Manzano, a este periódico.

Una oportunidad para las Glorias de Sevilla

Otra cuestión es la necesidad de celebrar esta magna procesión. Desde la hermandad apuntan que "la propia identidad religiosa de la ciudad se ha venido forjando, a lo largo de los siglos, con la creación e instauración de grandes celebraciones que traen aparejada la organización de procesiones de cierta importancia", poniendo como ejemplo "la Semana Santa y el Corpus Christi", cuya dimensión "nos ayuda a entender cómo, desde la suma de voluntades, se engrandece el mensaje que se quiere transmitir a los que han de contemplar la celebración que nos proponemos".

En esta línea, la junta de gobierno explica que "podríamos haber propuesto la organización de una serie de actos y cultos internos, e incluso podríamos haber impulsado la idea de que una sola hermandad, o una sola imagen, fuera la protagonista", algo que ha sido desestimado debido a "la pobreza o simplicidad que puede suponer, así como la falta de implicación que podría traer aparejada a ciertos niveles organizativos".

La celebración de una magna procesión "satisfaría por completo a las hermandades, que sólo tendrían que decantarse por las imágenes que participarían dentro del cortejo", existiendo muchas opciones, combinando la "presencia estática o dinámica de las mismas".

La Hermandad de la Divina Pastora tiene firme convicción "del beneficio que supondría, para el esplendor y eco de la celebración, la presencia de un número elevado de imágenes que, ejerciendo su principal misión catequética y evangelizadora, dotaran de poder plástico a la oración colectiva y de contenido iconográfico y artístico al cortejo que se pretende organizar".

El apoyo de los tres grandes estamentos

La última de las tres cuestiones, y clave para su salida hacia delante, es ver si es posible o no llevar a efecto todo lo anterior. Uno de los puntos que invita a pensar que sí es "el reconocimiento que manifiesta la Archidiócesis de Sevilla hacia la piedad popular, haciendo que esta procesión magna no sea un desfile sin más, sino que tenga un sentido apostólico y doctrinal en torno a María, la Madre de Jesús, que será la auténtica protagonista", expone la corporación precursora de la magna, que cuenta con el respaldo de otras cofradías de Gloria.

Se pone en valor también "la gran inversión que ha venido haciendo el Ayuntamiento de Sevilla en pro del turismo, la accesibilidad y la promoción de la ciudad", algo que viene a favorecer la acogida de un gran número de visitantes en los días cercanos a la posible procesión. Desde el consistorio, en palabras del delegado de Gobernación y Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera, afirman que "una vez que todo esté canalizado a través del Consejo de Hermandades, el Ayuntamiento apoyará poniendo todo lo necesario para que se celebre en perfectas condiciones".

Todo esto supone la existencia de "un campo sembrado en el que ha de labrar el organismo encargado de llevar a cabo esta iniciativa, que será el Consejo General de Hermandades y Cofradías, en aras del fruto cierto del éxito". La institución que preside Francisco Vélez todavía no se ha pronunciado al respecto, aunque ha recibido la documentación con la propuesta hace unos días.

La existencia de una junta superior, en cuyo seno trabaja la delegación de hermandades de Gloria, "permitiría la creación de comisiones organizativas para otorgar el mayor esplendor posible a esta celebración, que sería posible siempre que la implicación de los tres grandes estamentos de la ciudad, así como de las propias hermandades, fuera total y sin ambages, a fin de aprovechar todos los recursos, personales y materiales, en aras de un bien común para las corporaciones letíficas de la capital".

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