Covirán Granada-Río Breogán | Crónica y resultado

El Covirán Granada se pega un tiro en el pie y desaprovecha una gran oportunidad ante Breogán

Lluís Costa penetra a canasta ante la oposición de Jordan Sakho.

Lluís Costa penetra a canasta ante la oposición de Jordan Sakho. / Antonio L. Juárez / PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

El Covirán Granada volvió a caer derrotado en el Palacio de Deportes por el Río Breogán, su bestia negra, por un ajustado 84-85 que lo supera en la tabla clasificatoria y, además, le gana el basket average,en un partido en el que los nervios y malas decisiones de jugadores y técnico fueron claves. En un emocionante final, Cheatham tuvo la victoria pero no anotó en el último seguro.

Ambos equipos se jugaban mucho en la cita y lo demostraron en el primer cuarto y el arranque del segundo con muchas imprecisiones. El choque no empezó demasiado bien pues Stefan Momirov anotó un triple en la primera acción pero, poco a poco, los de Pablo Pin fueron entrando en calor y, por medio de David Kramer, comenzaron a tener sus primeras ventajas. Un mate y dos triples de manera consecutiva del campeón del Mundo provocaron que los locales doblaran a su rival (10-5). Al festival del alemán se unió Kwan Cheatham, lo que hizo que Mrsic pidiera su primer tiempo muerto con menos de cinco minutos de partido.

Atascados

El técnico del cuadro lucense no quería que el Covirán se sintiera cómodo tras encajar un parcial de 8-0. La buena defensa de los rojinegros les llevó a dominar el tempo del duelo. A ello se sumó el gran trabajo en el rebote ofensivo. Sin embargo, tantas capturas, hasta seis en el primer periodo, no las aprovecharon y dejaron vivo al Breogán. Con el paso de los minutos, los de Pin se fueron atascando en ataque y sólo eran capaces de anotar Cheatham y Kramer.

Pero entró en cancha Anthony Polite y todo cambió. Un 2+1 del alero suizo y un triple de Matas Jogela llevó un inquietante 18-17 al termino de los primeros diez minutos. Empero, el segundo cuarto fue la confirmación de que al Covirán se le iba a complicar la cita. Polite puso por delante a los gallegos y, junto a Robinson, le endosaron un parcial de 2-14 en global que obligó al técnico granadino a parar el choque.

Como casi siempre que hay tiempo muerto, cada vez que se salió de él, los locales anotaron. Polite anotó un triple que fue respondido por otro de Scott Bamforth, que se estrenó ante su afición aunque ya jugó en Palencia. Un parcial de 0-6 confirmó que los rojinegros estaban encogidos ante el aro rival. Sólo por medio de tiros libres sobrevivieron pero la renta visitante fue a más. Llegó a ser de 10 (25-35) tras un nuevo triple de Polite, que se fue con 16 puntos en su haber al descanso. De nuevo se paró el partido y llegó la reacción.

La defensa

Fue gracias a Bamforth, que asumió la responsabilidad en ataque para, con ocho puntos seguidos meter a su equipo en el partido (36-40). Pero duró poco pues un 0-5 con triple sobre la bocina de Momirov dejó en nueve la ventaja (36-45) y muy malas sensaciones de cara a la segunda mitad en la que había que mejorar muchas cosas. Sobre todo, los porcentajes pues los lucenses se fueron a vestuarios con un 75% en tiros de dos y un 50% en triples, por 42,9% y 26,7% respectivamente del Covirán. Al margen de mejorar la defensa sobre Polite, que tan sólo falló un lanzamiento.

El tercer periodo se inició con una canasta de Kramer, que volvió a aparecer tras sus brillantes primeros minutos pero se echó en falta el acierto de Lluís Costa, que tardó 23 minutos en anotar en una acción en juego. No era el día para tener claridad en cancha delantera. Costó mucho encestar y Breogán, sin prisa, mantuvo su ventaja en torno a la decena de puntos. Pero los de Pin no se pusieron nerviosos y, acompañados por la afición que se fue encendiendo por momentos con las decisiones arbitrales, se volvieron a meter en el choque.

Las pérdidas

Lo hicieron gracias a dos triples seguidos, uno de Kramer y otro de Bamforth. Pero los de Mrsic no bajaron los brazos ni entraron en pánico. Casi siempre que atacaron sacaron algo, aunque sea faltas. Kramer siguió a lo suyo pero la clave estaba, al margen de en defender, en controlar el balón y no regalar posesiones con pérdidas absurdas como la infracción de ocho segundos de Christián Díaz para pasar a cancha contraria o en el primer pase de un ataque. Errores que Breogán no perdonó y que hizo que de cuatro puntos se volviera a estar nueve abajo, teniendo Pin que pedir tiempo.

Y de nuevo canasta tras sus instrucciones, no falla. La sociedad Rousselle-Felicio permitió seguir soñando con la remontada tras unos minutos horribles de Sergi Quintela que no hizo mucho amigos en el Palacio de Deportes. Una antideportiva suya provocó que el Covirán se situara a uno (60-61) a 53 segundos del final del cuarto tras un parcial de 8-0, pero un triple a tablero de Sergi García dejó en cuatro puntos (62-66) la desventaja a remontar.

Cuarto decisivo

Los últimos diez minutos prometían emociones fuertes y así fueron. Dos bandejas de Costa y buenos minutos de Felicio haciendo daño en la pintura, fue el inicio de la remontada que culminó Valtonen a cinco del final. El Palacio fue una olla a presión pero de nuevo las malas decisiones en ataque devolvió el dominio en el electrónico a los de Mrsic gracias a Justin Robinson. Un 2+1 de Costa puso de nuevo a uno a los locales, que volvieron a cometer errores infantiles en momentos clave, como una pérdida de Kramer en un pase nada fácil para Lluís que el ‘Breo’ no desaprovechó.

A menos de dos minutos del final, y con seis abajo, un nuevo regalo permitió a Ben McLemore lanzar seis arriba a su equipo. Bamforth, Cheatham y Kramer anotaron tres triples seguidos que dejaron a uno a 27 segundos con posesión de los gallegos. Pero, incomprensiblemente, los rojinegros no hicieron falta y optaron por defender a un rival que no anotó pero que agotó su posesión y le dejó tan sólo 1,3 segundos para intentar la canasta del milagro que no llegó de Cheatham. Se perdió una una gran oportunidad para dejar encarrilada la permanencia. Una derrota que puede hacer mucho daño a falta de tres jornadas para el final y con la afición gallega disfrutando con su equipo en la pista al término del choque. Toca seguir peleando.

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