Que la 37 edición de la Copa América de Vela venga a Málaga va a salir, como poco, por 100 millones de euros. Entre 20 y 30 millones corresponderían a las obras de adaptación del dique de Levante para poder acoger esta competición deportiva y otros 72 millones de euros se destinarían, según indicó el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, al pago del canon a los organizadores del evento.

A simple vista parece una cantidad desorbitada, pero hay estudios que señalan que el impacto económico que se produce en la ciudad organizadora es mucho mayor, por lo que saldría rentable. Valencia, por ejemplo, organizó la Copa América en 2007 y en 2010. El Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) publicó un informe en 2007 analizando los datos económicos ligados a estas regatas entre 2004 y 2007. Los autores de ese informe aseguraban que el impacto total sobre la renta de la Comunidad Valenciana en ese periodo fue de 2.724 millones de euros y que se ayudó a generar o mantener 73.859 puestos de trabajo.

Ese ingente impacto tiene una pequeña trampa, ya que 2.061 millones correspondían a gastos realizados por las administraciones públicas para la realización de las infraestructuras necesarias. En el caso de Málaga, por ahora, se habla de un máximo de 30 millones para el dique de Levante, aunque podrían acometerse otras actuaciones en caso de ser elegida ganadora.

Al margen del dinero público en infraestructuras, este estudio apuntaba que el gasto de los agentes directamente involucrados en la prueba deportiva (equipos, visitantes, megayates, medios de comunicación y organización) ascendió a 615 millones de euros en esos tres años. Desde el punto de vista puramente turístico, se estima que 1,7 millones de personas visitaron la dársena interior del puerto de Valencia durante los días de regatas entre abril y julio de 2007 y que éstos gastaron 106,5 millones de euros. Un 41% eran valencianos, un 34% extranjeros y un 24% del resto de España. Ese gasto turístico permitió la generación o el mantenimiento de 4.160 empleos. “La celebración de la America´s Cup, el evento deportivo más prestigioso en el mundo de la vela y uno de los acontecimientos deportivos de mayor difusión internacional, supone una inyección de gasto de tal magnitud que genera impactos económicos cuantiosos sobre la producción, la renta y el empleo de la ciudad designada como sede del evento”, aseguraban.

En ese mismo informe se explica además que en la anterior edición, celebrada en la localidad neozelandesa de Auckland en 2003, el impacto económico fue de 268,6 millones de euros y se generaron 9.360 empleos. Hay una gran diferencia con Valencia porque en esta ciudad española se hicieron fuertes inversiones en infraestructuras. En este sentido, hay que señalar que las administraciones valencianas se endeudaron tanto para hacer esas obras que todavía, una década después, las están pagando. De hecho, Valencia se ha caído de la puja por celebrar la edición de 2024 por no encontrar la financiación necesaria.

Málaga lo ve claro y está compitiendo con Cork (Irlanda) y Jeddah (Arabia Saudí) por esta competición. El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, afirmó que la celebración de la Copa América reportaría solo al Estado central 190 millones de euros en concepto de IVA.

La Copa América es uno de los principales eventos deportivos del mundo, llegándolo incluso a comparar con los Juegos Olímpicos o los Mundiales de fútbol. Su audiencia en los medios de comunicación es millonaria y la imagen de Málaga saldría, lógicamente, muy reforzada a escala internacional. Habrá que ver qué pasa. El 31 de marzo los organizadores darán a conocer la ciudad elegida y, si es Málaga, se podrá comprobar a posteriori si el impacto económico real era el prometido o no.